Liturgia Viva del Martes de la II Semana del Tiempo Ordinario

Fecha

18 Ene 2022
Finalizdo!

LAS LEYES SON SERVIDORAS DEL PUEBLO
(1 Sm 16,1-13; Mc 2,23-28)

Introducción
    Los caminos de Dios no son nuestros caminos… Lo débil atrae la fuerza de Dios. Él confunde a los poderosos seleccionando a los que menos cuentan y a los inhábiles para realizar su trabajo. Esta perenne inversión de valores se encuentra en las historias de la vocación y elección del Antiguo Testamento, como la de David en la primera lectura de hoy, y se profundizará y se presentará como fundamental en el Nuevo Testamento. ¿No es acaso el “escándalo de la cruz” la expresión más profunda de esto?
Evangelio. La función de las leyes es ordenar las relaciones dentro de la comunidad, de tal modo que se guarden los derechos de Dios y de la gente con la que convivimos, y para hacernos conscientes de nuestras propias responsabilidades. Sin embargo, la experiencia nos muestra que es una tentación humana permanente convertir las leyes en algo absoluto, hasta llegar a hacer a las personas esclavas de la ley, en vez de que la ley sea servidora de las personas. Jesús nos recuerda hoy la prioridad de las personas y de la comunidad humana por encima de la letra de la ley.

Oración Colecta
Es más fácil para nosotros buscar la seguridad
observando las leyes y costumbres
que siendo personalmente responsables
de las personas con que convivimos.
y sirviéndote a ti con la libertad del amor.
Danos un poco de tu propia fantasía;
envíanos al Espíritu Santo que nos colme
con tu amor inventivo y creador,
para que sepamos buscar siempre nuevos caminos
para así alcanzarte a ti y a los hermanos.
Concédenoslo por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Intenciones

  • Para que los cristianos entiendan los mandamientos como puertas que nos llevan a sentirnos libres del pecado y del mal, y como caminos para servir a Dios y a los hermanos, roguemos al Señor.
  • Para que los legisladores de las naciones dicten leyes que sean verdaderamente humanas y sirvan al bien común de todos, roguemos al Señor.
  • Que el Día del Señor, el domingo, sea para nosotros una ocasión especial para crecer en el amor de todos nuestros seres queridos, para visitar a los enfermos y para servir a los necesitados, roguemos al Señor.

Oración sobre las Ofrendas

Oh Dios y Padre nuestro:
Tú ordenas al sol brillar
y a la lluvia caer sobre los campos
sembrados por el labrador,
para satisfacer su hambre con pan y arroz.
Alivia aquí nuestra hambre de bondad, de amor y de cosas perdurables
con la eucaristía, pan de vida eterna,
que es el mismo Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro,
que vive y reina contigo y con nosotros
por los siglos de los siglos.

Oración después de la Comunión

Oh Dios y Padre nuestro:
Nosotros convertimos tus leyes, e incluso las nuestras,
en algo inflexible y absoluto, por las que nos encarcelamos
a nosotros mismos y a los demás.
Y entonces tú te nos das a ti mismo en tu Hijo Jesús
para recordarnos que lo que cuenta es
cómo vivimos para ti y para los hermanos
y cómo hacemos partícipes los unos a los otros
de nuestra propia persona.
Que esta eucaristía nos colme
con la mentalidad de tu Hijo,
para que nos hagamos presentes los unos a los otros
con un amor liberador.
Ya que tú nos has hecho liberado
de toda esclavitud,
por Jesucristo nuestro Señor.

Bendición:
Hermanos: Las leyes se hacen y son para el pueblo, no el pueblo para las leyes. Esto se aplica también a las leyes de Dios. Los mandamientos son pautas o directrices, ayudas para el pueblo, no absolutos tiranos.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.

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