Liturgia Viva – Martes de la IV Semana de Cuaresma
LAS AGUAS DEL PARAÍSO
(Ez 47,1-9.12; Jn 5,1-3. 5-16)
Introducción
“El agua fluye desde el Templo y convierte a la tierra en un fértil paraíso, llevando salud y vida”, dice Ezequiel. — “Pero este Templo vivo es Cristo”, dice Juan. Encontrarse con Jesús significa conseguir perdón, salud y vida. — Se han escogido estas lecturas, sobre el simbolismo del agua que da vida y sobre Cristo, en vistas al sacramento del bautismo, sacramento propio de Cuaresma-Pascua: En sus aguas encontramos a Cristo.
Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Tú has saciado nuestra sed de vida
con el agua del bautismo.
Sigue transformando
en un paraíso de paz y alegría
el desierto de nuestras vidas áridas,
para que demos frutos
de santidad, justicia y amor.
Señor, escucha nuestra oración
que confiadamente te presentamos
por medio de Jesucristo, nuestro Señor.
Intenciones
Por las personas espiritualmente ciegas, que no ven ni los defectos de sus corazones ni las necesidades de su prójimo, roguemos al Señor.
Por las personas que se sienten paralizadas por sus temores y por su falta de arrojo, roguemos al Señor.
Por los físicamente discapacitados, por los ciegos, cojos, paralíticos, para que muevan los corazones de la gente y conserven su confianza en el Señor, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Tu Hijo, Jesús, viene a nosotros
en estos signos de pan y vino.
Que él sea para nosotros
la fuente de agua viva
de la que podamos beber
hasta saciarnos,
para que transformemos esta tierra nuestra
en un lugar acogedor y fraterno,
que nos dé como un gusto anticipado
de tu paraíso eterno.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
En esta celebración eucarística
hemos encontrado gozosamente a tu Hijo.
Que él nos diga resueltamente a nosotros también:
“Toma tu camilla y anda”,
y que efectivamente caminemos
al escuchar su Palabra,
y vayamos hacia ti siguiendo su camino
de bondad, justicia y paz.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Jesús pregunta al paralítico, y también a nosotros, “¿Quieres quedar sano?”. Naturalmente, respondemos Sí. Y como el paralítico, ojalá también nosotros encontremos hermanos que nos ayuden a confiar en Dios y a dejarle que nos haga mejores personas y mejores cristianos
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y les acompañe siempre.