Liturgia viva del martes de la xvi semana del tiempo ordinario, feria o san lorenzo de brindis
LOS PARIENTES REALES DE JESÚS (Año II. Miq 7:14-15, 18-20; Mt 12:45-50)
Introducción
Año II. El profeta Miqueas asegura al pueblo que Dios les perdona su infidelidad. El pueblo responde con un himno de alabanza y confianza.
Evangelio. Jesús nos asegura que lo que nos acerca a Dios y nos hace sus “parientes” es el hacer la voluntad del Padre. Esto es lo que realmente importa, más que los lazos de sangre. Esta misión fue la medula y el significado más profundo de la vida y muerte de Jesús. Pidamos para que su fidelidad sea nuestra propia fidelidad.
Colecta
Oh Dios, Padre de todos:
Tú nos conoces y nos amas:
Pase lo que nos pase,
estamos en tus manos.
A dondequiera que nos lleves,
tú sabes a dónde quieres que lleguemos.
Te pedimos fe y confianza.
Haz que tu voluntad sea nuestra voluntad,
para que nos conduzcas a tu casa
bajo la guía de aquél que cumplió siempre tu voluntad
en todo lo que hizo, Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.
Intenciones
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Para que el pueblo de Dios ruegue constantemente para cumplir siempre tu voluntad, en vez de intentar forzarte a que tú hagas la voluntad del mismo pueblo, roguemos al Señor.
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Para que el Señor nos dé perspicacia y sabiduría para discernir su voluntad en los acontecimientos de la vida, roguemos al Señor.
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Para que seamos auténticos hijos e hijas de Dios, buscando y cumpliendo siempre su voluntad en la vida de cada día, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios, Padre nuestro:
Este pan y este vino sobre el altar
son señales de que, con Jesús, tu Hijo,
estamos dispuestos a buscar tu voluntad.
Permítenos participar en su mesa
como hermanas y hermanos suyos,
y seguirle a él en su camino fiel hacia ti,
Dios nuestro, que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Oh Dios, Padre nuestro:
Nos has dado nuestro mundo
para dominarlo y desarrollarlo
de acuerdo con tus sabios planes,
y para construir el cuerpo de Cristo
en solidaridad fraterna.
Danos la gracia de poder llevar a cabo estos planes
con la fuerza del mismo Jesús.
Que sepamos hacer de esta Iglesia y de este mundo
una comunión de fe y esperanza, de amor y de paz,
como señal y camino eficaz
hacia tu alegría y felicidad eternas.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: ¿Hasta qué punto somos de verdad… hermanos y hermanas de Cristo y en Cristo? Rezamos con mucha frecuencia el Padre Nuestro y le pedimos al Padre que se haga su voluntad en la tierra como en el cielo. Eso es por lo que rezamos, por tanto a eso es a lo que nos comprometemos.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y les acompañe siempre.