Liturgia Viva del Miércoles de la VI Semana de Pascua. San Beda el Venerable, presbítero y doctor de la Iglesia. San Gregorio VII, papa. Santa María Magdalena de Pazzi, virgen
EL ESPÍRITU DE LA VERDAD – DIOS MORA EN NOSOTROS
(Hch 17,15.22 – 18,1)
Introducción
Los apóstoles no deberían estar tristes porque Cristo los deja. Su fe se hará más profunda y espiritual cuando Jesús no esté ya físicamente presente entre ellos. El Espíritu Santo de la verdad continuará con ellos la misión de Jesús. El Espíritu de la verdad no les dará nuevo mensaje, pero guiará a los apóstoles y a la Iglesia a profundizar su comprensión de la vida y del mensaje de Jesús y a confrontarlos constantemente con los acontecimientos y problemas de los tiempos y así llevar adelante a la Iglesia.
San Pablo, en Atenas, nos da un ejemplo de cómo un apóstol y misionero intenta tomar la religión pagana de los atenienses como un punto de partida, y cómo la espiritualiza despojándola de materialismo y formalismo.
Oración Colecta
Señor Dios, Padre nuestro:
Tú no estás lejos de ninguno de nosotros,
porque en ti vivimos, nos movemos y existimos,
y tú vives en nosotros
por medio de tu Santo Espíritu.
Quédate de verdad con nosotros, Señor;
envíanos tu Espíritu de la verdad
y, por medio de él,
haz que ahondemos en nuestro conocimiento
de la vida y el mensaje de tu Hijo,
para que aceptemos la verdad plena
y vivamos consistentemente conforme a ella.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Intenciones
- Señor Jesús, cuando nos falten palabras para hablar al Padre en oración, que el Espíritu Santo ponga las plegarias justas en nuestros corazones y en nuestros labios, te rogamos:
- Señor Jesús, para que los hombres y mujeres que trabajan en los medios de comunicación sepan escuchar al Espíritu Santo para que puedan transmitir la verdad plena y entera, te rogamos:
- Señor Jesús, que el Espíritu Santo inspire a los artistas para que nos hagan admirar la grandeza de la creación de Dios, te rogamos.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios, Señor de cielo y tierra:
Tú nos das vida y aliento
y nos has hecho tus hijos e hijas
por medio de nuestro hermano Jesucristo.
Danos a tu Hijo ahora en esta eucaristía.
Por medio de él y de su Espíritu
planta tu tienda entre nosotros, tu pueblo,
y moldéanos en una comunidad de fe y amor,
para que sepamos establecer eficazmente tu reino
y te alabemos por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Tú nos has cerciorado de nuevo,
en esta celebración eucarística,
de que tú estás con nosotros
por medio de tu Hijo Jesucristo.
Que su Espíritu de verdad nos guíe
para afrontar la verdad con todas sus consecuencias
— la verdad sobre tu Hijo y su evangelio,
para que vivamos su vida más profundamente,
y la verdad sobre nosotros mismos
que no somos más que pálidas imágenes y pobres testigos
de quien es nuestro Señor y Salvador
por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: Que el Espíritu de verdad venga a nosotros y nos guíe hacia la verdad plena sobre nosotros, en nuestras relaciones mutuas, y con respecto a lo que sucede en nuestro mundo. Que Dios envíe este Espíritu a nuestro mundo y nos bendiga. Así, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.