Liturgia Viva del Miércoles de la XIV Semana del Tiempo Ordinario
PROCLAMAD LA BUENA NUEVA
Introducción:
Primera Lectura.
En nombre de Dios, el profeta Oseas reprende al pueblo de Israel, que ha permitido que la prosperidad le lleve a una religión falsa e hipócrita. Oseas les llama a la conversión.
Evangelio.
Jesús envía a sus apóstoles a curar las enfermedades del pueblo, y, por lo tanto, comienza ya la nueva era del reino de Dios. Ellos, y nosotros también, tenemos que ser como médicos en un mundo duro, egoísta y despiadado, y tan necesitado de curación. Que el perdón y el amor compasivo que de Dios recibimos renueve este nuestro mundo y llegue a ser mundo y reino de Dios.
Colecta
Señor y Dios nuestro: Tú enviaste a tu Hijo Jesús para confiar su Buena Noticia de curación y liberación a gente sencilla y humilde. Haznos, Señor, mucho más conscientes de que la Buena Noticia del reino es fundamentalmente humana, accesible y fácil de entender. Que esta Buena Noticia crezca en nosotros, nos transforme profundamente y nos colme del amor sanador de Jesucristo nuestro Señor.
Intenciones
- Para que nuestro compromiso para trabajar por la justicia, y nuestro actitud de servicio den testimonio de que el reino de Dios está vivo entre nosotros. Roguemos al Señor.
- Para que el Señor llame a muchos sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos a anunciar al mundo la Buena Nueva del evangelio. Roguemos al Señor.
- Para que en nuestras comunidades cristianas acojamos y vivamos la palabra de Dios con corazones dispuestos y con gran celo por la gloria de Dios. Roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Dios, Padre de bondad: Tú nos has dado gratuitamente este pan y este vino. Por el poder del Espíritu Santo transfórmalos en tu mejor regalo para nosotros: en tu Hijo Jesucristo. Disponnos a no guardarlo solo para nosotros mismos, sino a compartirlo con los que nos rodean sin otra preferencia que la del mismo Jesús: los pobres, los necesitados, los pequeños, los que no cuentan. Que éste sea el signo de que somos tu pueblo, de que tu reino está creciendo entre nosotros. y de que tú eres nuestro Dios ahora y por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro: De nuevo te pedimos que nos hagas tu pueblo de la Alianza más fiel y mejor cada día. Por medio de Jesús, haznos uno en tu amor, orando y trabajando juntos para construir tu reino entre nosotros. Que ninguno de nosotros sea espectador pasivo. Que todos seamos muy conscientes de que, aunque débiles y falibles, nos necesitas, y quieres que seamos un pueblo santo, signo para todos de tu perenne bondad y amor. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Dios nos envía a curar a los hermanos y a proclamar con nuestra vida que el reino de Dios está aquí, creciendo en nuestro mundo. Que Dios Padre todopoderoso les bendiga por esa hermosa tarea, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.