Liturgia Viva del Miércoles de la XXVI Semana del Tiempo Ordinario
SIGUIENDO LOS IDEALES DE JESÚS
Liturgia de la Palabra
Primera Lectura: Job 9,1-12. 14-16
Job sufre en extremo. Sus amigos entienden que ese dolor es castigo de Dios por sus pecados. Job responde que él es inocente y no sabe responder por qué sufre, pero que Dios es sabio y que él solo puede apelar a él para obtener su misericordia.
Evangelio: Lc 9, 57-62
Jesús se entregó totalmente a su misión y exige de nosotros la misma entrega al Reino de Dios, Reino de justicia y amor; exige eso no solo de sus apóstoles sino también de todos los que lo siguen. Se nos pide un compromiso radical, es decir, que vaya a las raíces en las profundidades de nuestro ser. Y tiene que ser consistente. Se trata de un compromiso y una entrega que no miran atrás, sino que tienen sus ojos puestos en el Señor Jesús.
Oración Colecta
Oh Dios, Padre nuestro:
Hemos aceptado gozosamente tu invitación
a seguir a Jesús como discípulos suyos…
Que el Espíritu nos dé sabiduría y fortaleza
para tomar en serio nuestra fe
y para aceptar nuestra misión en la vida
con todas sus consecuencias.
Que el Espíritu Santo nos ayude
a seguir los caminos de Jesús
sin temores ni desalientos,
ya que estamos seguros
de que Jesús nos llevará a ti,
Dios nuestro, Dios de amor,
que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
Intenciones
– Por la Iglesia, para que Cristo, por medio de ella, llegue a ser más visible y reconocido, sobre todo por su voluntad de servir a Dios y a su pueblo con su cariñosa preocupación por los pobres, y por su continua conversión al evangelio, roguemos al Señor.
– Por todos los cristianos que afirman seguir a Jesús, para que vivan de verdad sin miedo según las exigencias del evangelio y den testimonio de Cristo crucificado y resucitado, roguemos al Señor.
– Por todos los que sufren en sus cuerpos y en sus corazones, por los que trabajan por la justicia en el mundo y por la paz entre las gentes, para que encuentren fortaleza por su unión con Jesucristo muerto y resucitado, roguemos al Señor.
Oración de las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
En estos dones de pan y vino
nos presentamos nosotros mismos ante ti
y tu Hijo Jesús, a su vez, se entrega a sí mismo a nosotros.
Que aprendamos de él
a sentirnos libres y disponibles
para darnos generosamente a la gente y a ti
y para buscar tu voluntad en todo lo que hacemos.
Ayúdanos a seguir a tu Hijo
en sus pruebas y en su gloria
ahora y por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
En esta eucaristía nos has iluminado
con la palabra de sabiduría de tu Hijo
y nos has dado el pan que nos da fuerza
para seguirle sin vacilación.
Sigue derramando sobre nosotros
la sabiduría y la fuerza de tu Espíritu,
para que podamos ir con Jesús,
a través del desierto del dolor y de la cruz,
a llevar vida y alegría
a nuestros hermanos en necesidad.
Que podamos darte gloria a ti, nuestro Dios
por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: Jesús nos ha dicho hoy: “Sígueme”. Hemos aceptado su invitación. Entonces tenemos que aceptar también las consecuencias del seguimiento. Tenemos que aprender a amar sin fin, a perdonar sin demora, a darnos a nosotros mismos aun cuando no nos sea agradable.
Para poder conseguir eso, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.