Liturgia Viva del Sábado de la VI Semana de Pascua
ROGANDO EN NOMBRE DE JESÚS – VOLUNTAD DE DIOS
(Hch 18,23-28; Jn 16,23b-28)
Introducción
Cuando oramos, ¿qué queremos que haga Dios? ¿Queremos influenciar a Dios con nuestras súplicas y doblegarlo para hacer nuestra propia voluntad, o buscamos realmente su voluntad? ¿En el diálogo de oración, reservamos tiempo para escucharle a él? ¿Nos percatamos acaso de que él nos habla en su palabra, en Cristo, en el evangelio? ¿Y que él nos habla también en nuestra historia personal, en los acontecimientos de la vida, en la gente que nos rodea? Si oramos en el nombre de Jesús, habríamos de hacerlo con la actitud de Jesús de apertura total a Dios y a su voluntad.
Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Cuando oramos y te pedimos
en el nombre de Jesús, tu Hijo,
concédenos también la actitud de Jesús.
En la oración, danos la gracia
de no buscarnos a nosotros mismos
y de no intentar forzarte
a hacer nuestra propia voluntad
para que así pudiéramos disfrutar
de las islas de paz que nos hemos fabricado.
Danos una sana inquietud para buscar tu voluntad
y para entregarnos en tus manos,
como hizo Jesús, tu Hijo,
que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo
por los siglos de los siglos.
Intenciones
1. Cuando vemos en nuestro mundo, e incluso en la Iglesia, tanta injusticia, abuso de poder, falta de amor, que tu Espíritu nos libre del desaliento; por ello te rogamos:
2. Cuando hay muchos hombres y mujeres que de nosotros esperan ánimo y esperanza, que el Espíritu nos inspire y nos haga proferir palabras alentadoras, por ello te rogamos:
3. Cuando nuestras comunidades están flojas y divididas, que el Espíritu nos una y restaure nuestro fervor y alegría, por ello te rogamos:
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
A veces nos cansamos de orar
quizás porque la oración nos recuerda
que no somos autosuficientes por nosotros mismos.
Ayúdanos a pedirte
no tanto que nos concedas
las cosas que pensamos necesitar,
sino que nos enseñes a darnos a nosotros mismos
a ti y a los otros,
como Jesús lo hizo y sigue haciéndolo con nosotros,
él que es nuestro Señor y Salvador
por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Hay veces en que la oración se nos hace fácil
y entonces podemos abrirte nuestros corazones.
Esto nos puede ayudar mucho espiritualmente,
pero ayúdanos también a reservar tiempo para ti
cuando no nos sea fácil orar,
para que te escuchemos cuando nos hablas
en tu palabra, en la gente
y en los acontecimientos de la vida,
que interpretan y detallan para nosotros
tu amorosa voluntad;
pero, de una manera especial,
haznos escuchar a tu Hijo,
que es tu Palabra viva encarnada aquí entre nosotros:
Jesucristo nuestro Salvador y Señor
por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: Estamos seguros de que Dios nos ama y de que él nos dará cualquier cosa buena que necesitemos y pidamos en nombre de Jesús. Que Dios nos dé esta certeza de fe.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.