Liturgia Viva del Sábado de la X Semana del Tiempo Ordinario.
¿POR QUÉ PRESTAR JURAMENTO?
Introducción La primera lectura de hoy, tomada del libro de los Reyes, nos proporciona un buen ejemplo de las exigencias radicales que Dios impone a personas que él ha de enviar para una misión sustancial. Elías está a la altura del llamado.
Evangelio: ¿Por qué exige la gente que, en ocasiones especiales, una afirmación determinada sea respaldada por un juramento? ¿Acaso es que dudan, el uno del otro, de su sinceridad y veracidad, particularmente cuando se trata de algo importante? Y si Dios es invocado como testigo de la verdad, ¿se jura siempre realmente la verdad? Según la mente de Jesús, los cristianos habrían de ser siempre tan de fiar que no tendrían necesidad de prestar juramentos. Siempre habríamos de querer significar lo que realmente decimos.
Colecta
Oh Dios, siempre digno de fiar, tu Hijo Jesús nació para esto y para esto vino al mundo: para dar testimonio de la verdad. Cuéntanos entre los que le escuchan y quieren ser buscadores honestos de la verdad. Ayúdanos a decir un firme “no” a todo lo malo y haz que nuestro “sí” sea un rotundo “sí” a todo lo bueno y digno, con el poder de Jesucristo nuestro Señor.
Intenciones
- Por los cristianos, para que sean tan dignos de fiar que no tengan necesidad de proferir juramentos, roguemos.
- Por los amigos, para que sean siempre honrados y leales, rogamos.
- Por todos nosotros, para que seamos fieles a la misión que Dios nos ha dado en la vida, roguemos.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios, Padre todopoderoso, tú expresaste tu palabra creadora y las cosas y los hombres comenzaron a existir; y viste que tu obra era buena. Profiere ahora en medio de nosotros tu poderosa palabra y tu Hijo se hará presente entre nosotros como tu Palabra fiel y fidedigna. Que él llene hasta rebosar nuestras palabras, tantas veces vacías, con bondad, honestidad y paz, de tal modo que podamos fiarnos unos de otros y ofrecerte a ti todo honor y gloria por Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Oh Dios nuestro, fidedigno y leal, tu Hijo nos ha dirigido palabras que nunca pasan. Llenó las palabras con su propio ser y así pudo quedarse con nosotros aquí en la eucaristía. Ayúdanos también a llenar de nuevo nuestras palabras gastadas con nuestro propio ser veraz. Que tu propio Hijo hable por las palabras que decimos y por las que oímos; que se haga corpóreo de nuevo en nuestras palabras para que volvamos a ser libres en el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hace pocos días San Pablo nos recordó que Jesús fue siempre “Sí”, “Sí” cumpliendo la voluntad del Padre; “Sí” siempre fidedigno sosteniendo al pueblo. Que seamos también nosotros dignos de confianza y serios en nuestra fe, en nuestra amistad y en nuestra palabra dada, con la bendición del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.