Liturgia Viva del Sábado después de la Epifanía
AMOR Y TEMOR
Introducción
Los días entre semana del tiempo de Navidad-Epifanía siguen confrontándonos cada día con la persona de Jesús. Este niño y hermano nuestro es Dios, y sin embargo, este Hijo de Dios es plenamente humano. Este hombre Jesús manifiesta su poder divino – en el evangelio de hoy, caminando sobre las aguas del lago, viendo el agua como una figura de muerte y del poder del maligno, a quien él venció. Su venida a su pueblo es obra del amor de Dios; por eso, las lecturas en este tiempo se toman de la primera carta de Juan, cuyo tema central es el amor.
Las dos lecturas de hoy resaltan otro contraste: amor y temor. No tenemos nada que temer, no porque estemos sin pecado, sino por que Dios nos ama como somos, a causa de Jesús. Los apóstoles tienen todavía miedo, porque no saben todavía realmente quién es Jesús, que venció no solo al mal y a la muerte, sino también todos nuestros miedos y temores.
Oración Colecta
Señor Dios, Padre amoroso:
El miedo corre por nuestras venas.
Con frecuencia tenemos miedo de afrontar el futuro,
de comprometernos a hacer el bien a los otros,
e incluso de tener confianza en nosotros mismos,
en nuestras emociones
y en nuestras fuerzas positivas, adormiladas en nosotros.
Convéncenos de que no hay nada que temer
y de que tú nos amas tal como somos,
porque tú eres nuestro Padre
y nos has dado a tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor.
Intenciones
- Por la Iglesia de Jesucristo, para que su fe y su amor no se tambalee en las dificultades y tormentas de nuestro tiempo, roguemos al Señor.
- Por los que tienen dudas de fe y por los que tienen miedo de afrontar el futuro, para que Dios les dé valor, y para que nosotros refresquemos su esperanza, roguemos al Señor.
- Por nuestras comunidades cristianas, para que todos crezcamos juntos en una fe confiada en Jesús nuestro Señor, y que su amor nos mueva a vivir y a desvivirnos los unos para los otros, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios, Padre amoroso:
En este pan y en este vino
ponemos toda nuestra esperanza en ti.
Danos a tu Hijo para que aguante con nosotros
el oleaje y las tormentas de la vida.
Estamos seguros de que con Él
seremos capaces de llevar a cabo
más de lo que osamos imaginar o esperar.
Ayúdanos a crecer día a día en fe confiada en ti
por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor Dios, Padre amoroso:
Tú nos has mostrado tu poder y amor
en Jesucristo, Hijo tuyo e hijo de María;
uno de nosotros.
En él tú nos has dado una muestra
de lo que nosotros y el mundo podría llegar a ser
si nos arriesgáramos a entregarnos a él
y a vivir como él vivió.
Oh Dios, que tu Hijo permanezca con nosotros,
para que nosotros lleguemos a ser como él,
y para que ningún miedo eche a perder
nuestra confianza y amor,
pues sabemos que nos amas
en Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: “Ánimo, soy yo; no tengan miedo”, esto es lo que Jesús nos dice a cada uno de nosotros cuando afrontamos dificultades. Él está con nosotros .
Que Dios nos dé fuerza y confianza y nos bendiga.
Y así, que la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo desciendas sobre nosotros
y nos acompañe siempre.