Liturgia Viva del San Buenaventura, obispo y doctor de la Iglesia
Introducción
La Biblia canta las glorias del Monte Carmelo, ya que el profeta Elías había permanecido allí para conservar y promover la pureza de la fe de Israel. En el siglo XII D.C., un grupo de eremitas se retiró a esta montaña y posteriormente fundaron la Orden de los Carmelitas, que se dedicaría a la vida contemplativa bajo el patronazgo de María, Madre de Dios.
Colecta
Señor Dios nuestro:
María, la madre de tu Hijo Jesucristo,
estuvo siempre abierta a la palabra de Dios
con una mente y un corazón
llenos de fe y de confianza.
Hoy, en este día en que la honramos
bajo el título de Nuestra Señora del Carmen,
queremos confiarnos a ti como ella lo hizo,
meditar tus palabras y buscar en todo tu voluntad.
Haz que tu voluntad sea la nuestra,
que nos lleves a tu casa celestial guiados por aquél
que buscó siempre y en todo tu voluntad,
Jesucristo nuestro Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor, Dios nuestro:
Este pan y este vino
son signos de que
estamos dispuestos a buscar tu voluntad,
siempre unidos a Jesús y a María,
Permítenos participar en esta mesa santa
como familiares suyos, hermanos y hermanas,
y seguirles en su camino de fidelidad
hacia ti, Dios nuestro
que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Haz que sepamos, como María,
rumiar y meditar en nuestro corazón
la palabra que Jesús nos ha proclamado hoy,
Que su mensaje guíe nuestras vidas
e ilumine todo lo que hagamos.
Y que el pan reconfortante de tu Hijo, la eucaristía,
nos dé la voluntad y el valor
para hacer del evangelio
el fundamento de nuestras vidas.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.