Liturgia viva del San Carlos Borromeo, obispo
SAN CARLOS BORROMEO. Obispo
Introducción
El santo de hoy, Carlos Borromeo, encarna y personaliza la renovación de la Iglesia. Aunque gracias a los abusos de su tiempo, por ser sobrino del Papa llegó a ser cardenal, secretario de Estado y arzobispo de Milán, todo esto cuando solo tenía 22 años. Él era muy capaz y no se dejó corromper. Jugó un papel muy importante en las etapas finales del Concilio de Trento. Finalmente, siendo obispo de Milán, puso en práctica la renovación de la Iglesia mandada por el Concilio; se esforzó con eficacia en esa tarea reformando las estructuras diocesanas, fundando seminarios para la formación del clero, haciendo frecuentes visitas pastorales a las parroquias, dando generosamente todo lo que tenía, incluyendo su ropa de cama durante una epidemia de peste. Murió muy joven, a los 46 años, consumido por el amor y celo de Cristo.
Oración Colecta
Señor y Dios nuestro: Como cristianos que somos, necesitamos ser marcados, como San Carlos Borromeo, por la vida y muerte de tu Hijo Jesucristo. Danos la fuerza para renovarnos personalmente, para que tú puedas escribir recto con las líneas torcidas de nuestras vidas y hacernos instrumentos de tu amor y testigos destacados del evangelio de Jesucristo nuestro Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro: Tú nos has hecho responsables en tu Iglesia de la felicidad eterna de nuestros prójimos. Acepta este pan y este vino como signos de que queremos compartir nuestra fe, nuestra esperanza y alegría, nuestro tiempo y nuestro interés con todos los que nos necesitan y cuya ayuda necesitamos. Danos esta fuerza por el cuerpo y la sangre de Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Dios y Señor nuestro: Tú nos has alimentado en esta eucaristía con Jesucristo tu Hijo. Da a tu Iglesia pastores como San Carlos Borromeo que alimenten a todos sus encomendados con el don de sí mismos, que conozcan y sean conocidos por su pueblo. Inspíralos y condúcelos con el Santo Espíritu de quien se proclamó como el Buen Pastor, Jesucristo nuestro Señor.