Liturgia Viva del San Ireneo, obispo y mártir
Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Nosotros tenemos parte en los pecados del mundo,
en las injusticias y en la falta de amor,
tantas veces por nuestro silencio y cobardía.
Haznos conscientes de que tú también nos llamas
a elevar este mundo por encima de sí mismo
proclamándole la Buena Nueva
de tu Hijo Jesucristo.
Y para hacer creíble este mensaje de esperanza
ayúdanos a vivirlo consistentemente,
para que la gente se percate
de que tú eres nuestro Dios
de justicia, amor y paz,
ahora y por los siglos de los siglos.
Intenciones
– Señor, queremos seguirte, pero ¿tenemos que renunciar realmente a nuestros seres más queridos? Danos valor y fortaleza. Oremos.
– Señor, nos acordamos también de los que te siguen por el camino de la cruz: los enfermos, los discapacitados, los afligidos y los que sufren en cualquier forma. Dales valor y fortaleza. Oremos.
– Señor, tú conoces por experiencia cuánto cuesta a una persona responder cabalmente a tu llamada. Danos valor y fortaleza y sé tú nuestro guía. Oremos.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Por estos signos de pan y vino
recordamos que tu Hijo nos ha llamado
a hacer un nuevo comienzo con él.
Danos la fuerza
para ir con él hasta el fin
en el camino de la vida.
Que nos unamos a él en la ofrenda de sí mismo
no solo con palabras, aquí en la eucaristía,
sino sobre todo con obras
en la vida real de cada día,
para que un día
podamos vivir con él para siempre,
por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Te damos gracias por Jesús
y por el mensaje de su Evangelio.
Aparta de nosotros el miedo
de tener que estar disponibles
para ti y para nuestro prójimo,
como Jesús nos exige en su mismo evangelio.
Danos el valor
de ser suficientemente radicales
para comprometernos a servir,
de tal forma que seamos así verdaderos discípulos
de Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
"Sígueme", dice Jesús. Tenemos que dejar atrás todo lo que no esté en conformidad con su mensaje. Esto se aplica no solo a religiosos, sacerdotes y misioneros, sino a todos los cristianos.. Tenemos que entender y aceptar que el evangelio es radical y nos pide a veces tomar decisiones que sobrepasan los lazos familiares y todo lo que nos es tan querido.
Que Dios os dé este coraje y valor, y que abundantemente les bendiga, el Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo.