Liturgia Viva del San Martín de Tours, obispo

Fecha

11 Nov 2024
Finalizdo!

Introducción
Durante una campaña militar, Martín cortó en dos su capa de soldado para salvar a un pobre mendigo de morir congelado. Este gesto llegó a ser el símbolo de un cristianismo que sabe compartir. Ordenado sacerdote por San Hilario de Tours, introdujo la vida monástica en Francia. Más tarde, ya como Obispo de Tours, creó y organizó muchas parroquias rurales y monasterios, cuyos monjes evangelizaron gran parte de las Galias en los siglos IV y V. Tours se convirtió en centro de peregrinaciones para venerar los restos de San Martín.

Oración Colecta
Oh Dios, Padre amoroso: Ves con agrado que San Martín de Tours nos recuerde hoy que tenemos que reconocer y amar a tu Hijo en los que no tienen con qué vestirse en los hambrientos y sedientos, solos y abandonados, en los refugiados, en los pobres y en los enfermos. Que nuestro amor llegue a ser gratuito y espontáneo, como la ternura que tú nos has mostrado en tu Hijo. Acógenos en el reino eterno preparado para nosotros por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Oración sobre las Ofrendas

Oh Dios bueno y generoso:
Éste es el pan de la eucaristía que tú nos das
para compartirlo con los pobres
y éste es el vino que quieres que tomemos
con todos los que se han olvidado de la alegría.
Que por medio de estos signos venga tu Hijo a nosotros;
danos el amor y la fuerza necesarios
para encontrarle, como San Martín de Tours,
en los que tienen hambre y sed
de alimento material y de afecto espiritual,
y en todos los pequeños, empobrecidos e inseguros.
Te rogamos aceptes este nuestro servicio
como nuestro mejor sacrificio
que ahora humildemente te ofrecemos
por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Que con la inspiración de las palabras conmovedoras de Jesús
y por la fuerza de este su pan de vida que acabamos de recibir,
vayamos hacia ti por el camino de fidelidad que él siguió
y a nuestro prójimo por el camino del compartir.
Haz que vivamos conscientes de que lo que somos y tenemos
es un don tuyo, no para disfrutarlo nosotros mismos
sino para compartirlo con nuestros hermanos y hermanas.
Que sepamos encontrar a Cristo
en los marginados y desamparados,
pues ellos son un tesoro que nos has confiado,
por medio de Jesucristo nuestro Señor.