Liturgia viva del San Pío de Pietrelcina, presbítero
Introducción
Al final de su carta, Pablo propone a Timoteo un programa de vida para permanecer fiel al Señor, Jesucristo.
Evangelio. Leemos hoy la versión de Lucas de la parábola de la semilla. En la intención original de Jesús la parábola describe el crecimiento difícil y progresivo del reino hasta su final cumplimiento, del cual habla también Pablo en la primera lectura. Lucas, en la explicación ya de la parábola, la aplica a la recepción de la palabra de Dios y a la vida de fe en el corazón de la gente. Dios siembra la semilla, pero la gente la recibe de forma diferente, y reacciona a ella de diversas maneras, ya que es difícil hacerla crecer y permanecer leal a ella en las humildes y a veces difíciles realidades de la vida diaria. —¿Cómo crece y da fruto en nosotros la palabra de Dios?
Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Te damos gracias por hablarnos
la palabra de tu Hijo Jesucristo
y por sembrar en nuestras mentes y corazones
las semillas de la fe.
Abre nuestros oídos, día a día,
a la semilla de su palabra,
para que vaya creciendo en nosotros
con mezcla de dolor, esfuerzo y alegría.
Que la palabra arraigue cada vez más profundamente
en nuestros corazones
y dé frutos de justicia y amor,
hasta la segunda venida de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
por los siglos de los siglos.
Intenciones
- Señor, da sabiduría y valor a todos los maestros y predicadores en la Iglesia, para que nos ayuden a entender tu palabra, y la proclamen como Buena Noticia de salvación; por eso te decimos: R/ Te rogamos, óyenos.
- Señor, inspira con tu palabra a todos los poderosos de la tierra, para que aúnen fuerzas para llevar a todos paz duradera, alimento y dignidad humana; por eso te decimos: R/ Te rogamos, óyenos.
- Señor, haz que seamos receptivos a tu palabra. Líbranos de la superficialidad y del miedo a perder nuestras seguridades y certezas. Danos una nueva actitud para acoger tu mensaje, y para vivir con coherencia según lo que firmemente creemos; por eso te decimos: R/ Te rogamos, óyenos.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Acepta en este pan y este vino
nuestro anhelo de recibir a tu Hijo
y escuchar su palabra
con corazón noble y generoso.
Dánoslo como nuestro compañero de camino;
que él siga hablándonos
en la gente y en los acontecimientos de la vida.
Y que ojalá le acojamos gozosamente
y, como consecuencia, demos rica cosecha de vida
que dure y se perpetúe
por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Que nuestras palabras y obras
sean el eco del mensaje de tu Hijo
y nos llenen con su vida.
Haz nuestras palabras humanas dignas de fiar;
y que sirvan a la unidad y a la verdad.
Derrama sobre ellas tu compasión,
tu amor y tu alegría
para que nos den fuerza,
buena actitud y amistad,
por el poder de Jesucristo,
tu Palabra viva y Señor nuestro.
por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: Que la semilla de la palabra de Dios caiga en el buen terreno de nuestros anhelantes y receptivos corazones.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y les acompañe siempre.