Liturgia viva del Santos Pedro y Pablo, apóstoles
SAN PEDRO Y SAN PABLO, Apóstoles
Saludo (Ver Segunda Lectura)
Que el Señor esté a su lado,
les ayude y les dé su fuerza.
Que él les libere de todo mal
y les lleve salvos a su Reino.
Que él esté siempre con ustedes. R/ Y con tu espíritu.
Introducción del Celebrante
Celebramos hoy con gozo la solemnidad de los santos Pedro y Pablo, apóstoles. Ellos son los dos pilares sobre los cuales el Señor construyó su Iglesia y a quienes confió la fe. Su misma fe había sido probada, cuando Pedro negó a Cristo y Pablo perseguía al mismo Cristo en la persona de sus discípulos. Después, con su fe fortalecida ya, dedicaron toda su vida a difundir el evangelio. Podemos aprender de ellos hoy cómo permitir a Cristo que tome posesión de nosotros, de tal forma que vivamos para él y para su Iglesia y estemos dispuestos a sufrir por esa misma fe. Demos gracias hoy al Señor por darnos estos grandes apóstoles.
Acto Penitencial
Nosotros acogemos la fe de los apóstoles, pero ¿vivimos realmente esa fe?
Examinémonos ante el Señor.
(Pausa)
- Cuando mostramos poco interés por los afanes y luchas de la Iglesia en el mundo de hoy, Señor, ten piedad de nosotros.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
- Cuando criticamos a la Iglesia con demasiada facilidad y hacemos muy poco para hacerla mejor, Cristo, ten piedad de nosotros.
R/ Cristo, ten piedad de nosotros.
- Ten misericordia de nosotros, Señor, y perdónanos todos nuestros pecados. Haznos a nosotros, tu Iglesia, una auténtica comunidad de fe y amor y llévanos a la vida eterna.
R/ Amén.
Colecta
Unidos en la fe con Pedro y Pablo, oremos al Señor pidiéndole fidelidad y celo apostólico.
(Pausa)
Señor Dios nuestro, te damos gracias hoy
por tus apóstoles Pedro y Pablo.
Danos su fe y fidelidad
para que podamos construir entre nosotros
–como una comunidad de fe y amor—
la Iglesia para la que ellos vivieron y murieron.
Otórganos sus convicciones y su valor
para que todo el mundo participe de la Buen Noticia
de tu Hijo Jesucristo, hasta que ojalá él sea todo en todos,
ahora, y por los siglos de los siglos. R/ Amén.
Primera Lectura: El Evangelio no puede ser encadenado (Hech 12:1-11)
Pedro es apresado por predicar el mensaje liberador de Cristo. Mientras la joven Iglesia ruega por Pedro, Dios libera a su apóstol fiel, porque el evangelio no puede ser encadenado.
Segunda Lectura: Un apóstol Fiel al Dios Fiel (2 Tim 4:6-8, 17-18)
Al final de su vida Pablo puede dar testimonio de que ha sido un testigo fiel del Señor, quien a su vez ha sido fiel a Pablo y le ha dado fortaleza. Ahora Pablo espera con ansia encontrarse con el Señor para siempre.
Evangelio: Pedro, la Roca (Mt 16: 13-19)
Pedro, el hombre de fe que reconoce a Cristo como el Mesías, es constituido la roca sobre la que el Señor construye su Iglesia, a la que él jamás abandonará. Pedro es para la Iglesia el centro de fe, autoridad y unidad.
Intercesiones Generales
Roguemos hoy con fervor especial por la Iglesia, Pueblo de Dios en marcha, para que nosotros seamos verdaderamente la Iglesia de Cristo. Respondamos a cada petición: R/ Señor, acuérdate de tu Iglesia y bendícela.
- Por la Iglesia en este nuestro tiempo, que el Espíritu Santo la guíe a través de los actuales dolores de renovación, guárdala fiel al evangelio e inspírala para que proclame su mensaje en el lenguaje propio de nuestro tiempo, roguemos:
R/ Señor, acuérdate de tu Iglesia y bendícela.
- Por el Papa, sucesor de Pedro, que él sea nuestra roca de fe y el signo de unidad en la Iglesia, roguemos:
R/ Señor, acuérdate de tu Iglesia y bendícela.
- Por nuestros obispos, que ejerzan su autoridad como un servicio para construir comunidad; también por los sacerdotes y personas consagradas, para que, por la forma cómo viven el evangelio, den testimonio creíble de lo que predican, roguemos:
R/ Señor, acuérdate de tu Iglesia y bendícela.
- Por los misioneros, para que proclamen el evangelio como Buena Noticia para todos y que ayuden a cada pueblo y cultura a encontrar a Cristo, cada uno según su propia idiosincrasia-. roguemos:
R/ Señor, acuérdate de tu Iglesia y bendícela.
- Por todos los cristianos, para que tengan un corazón compasivo, abierto y sensible a todos los que sufren y viven en necesidad, para llevarles sanación y ayuda.
R/ Señor, acuérdate de tu Iglesia y bendícela.
- Por todos nosotros aquí presentes y por todas las comunidades cristianas, para que sepamos construirnos unos a otros en fe y amor, roguemos:
R/ Señor, acuérdate de tu Iglesia y bendícela.
Oh Dios, Padre nuestro, tu Hijo prometió estar con su Iglesia hasta el fin de los tiempos. Haz que, cumpliendo su promesa, permanezca siempre con nosotros como nuestro Señor y Salvador por los siglos de los siglos. R/ Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro,
en esos signos de pan y vino
nos vas a dar a Jesús, tu Hijo.
Haz que cobremos conciencia
de que tú le enviaste a nosotros,
no para guardarle para nosotros mismos
como preciada posesión,
sino para llevarlo -como tus apóstoles Pedro y Pablo-
a todos los hombres y mujeres,
cercanos o lejanos.
Haz que tu Hijo sea reconocible en nosotros.
para que todo el mundo te dé gloria y alabanza.
Te lo pedimos por el mismo Cristo nuestro Señor. R/ Amén
Introducción a la Plegaria Eucarística
Con toda la Iglesia de Pedro y Pablo, con todos los que son fortalecidos y unidos por su fe, y con todos los que son inspirados por su celo misionero, nos unimos ahora todos en el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo-
Introducción a la Oración del Señor, el Padre Nuestro
Interesados, con Pedro y Pablo,
en hacer que el Reino de Dios venga a todo el mundo,
rezamos la oración de Jesús al Padre. R/ Padre Nuestro…
Líbranos, Señor
Libra, Señor, a tu Iglesia de todo mal
y concédele libertad y paz.
Ayúdanos a construir juntos
una comunidad de fe y amor,
en la que la gente pueda reconocer
el rostro de Cristo
cuyo retorno en gloria aguardamos
con gozosa esperanza.
Él es nuestro Señor y Salvador, Jesucristo. R/ Tuyo es el Reino…
Invitación a la Comunión
Éste es Jesucristo,
el Hijo del Dios viviente,
que tiene palabras de vida eterna.
¿A qué otro podemos acudir?
Dichosos nosotros, invitados
a esta santa mesa del Señor.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro,
en Pedro y Pablo -dos pilares de tu Iglesia-,
tú has tipificado una misma fidelidad
con doble característica:
fidelidad a las tradiciones vivas (en Pedro)
y fidelidad al dinamismo misionero (en Pablo).
Que el Espíritu de Jesús permanezca en nosotros
para que vivamos ambas fidelidades;
que en la diversidad de los dones
estemos siempre unidos y comprometidos
en una misma fe y un mismo amor,
en Cristo Jesús, nuestro Señor. R/ Amén.
Bendición
Pidamos a Dios que nos bendiga, para que seamos la Iglesia de Pedro, firme en la fe, construida sobre roca,
unida como el Cuerpo de Cristo, y a la que no se puede vencer.
Que seamos también nosotros la Iglesia de Pablo, dinámica, sin fronteras, inquieta hasta que Cristo sea conocido
y acogido por todos.
Que Dios les bendiga a ustedes y a esta única Iglesia, el Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo. R/ Amén.
Podemos ir y ser para todo el mundo el cuerpo visible del Señor. R/ Demos gracias a Dios.