Liturgia Viva del V Domingo de Cuaresma
QUINTO DOMINGO DE CUARESMA (Ciclo C)
- No Arrojen Piedras
- Mira Primero a tu Corazón
Saludo (Ver Segunda Lectura)
Con San Pablo decimos hoy:
“Olvidándome de lo que queda atrás,
me esfuerzo por lo que hay por delante
y corro hacia la meta,
hacia el premio al que Dios nos llama”.
Que la fuerza del Señor, Jesús,
esté siempre con ustedes.
Introducción por el Celebrante
1. No Arrojen Piedras
¿Has tenido tú alguna vez la experiencia de herir fuertemente a alguien, pero que la persona ofendida te perdonara, quizás con dificultad, pero aceptando tu apología, y el problema se acabó? ¿Recuerdas qué aliviado te sentiste, como si fueras una nueva persona? Así es como Dios sigue perdonándonos a nosotros: él nos vuelve a hacer nuevos cada vez. ¿Vivimos nosotros como perdonados, como pueblo nuevo? ¿Hacemos nuevos a otros con nuestro perdón? — Encontremos nuevamente en esta eucaristía a nuestro Señor, Jesús, paciente y que siempre nos perdona, como perdonó a la mujer adúltera a quien iban a apedrear..
2. Mira Primero a Tu Propio Corazón
Algunas personas, cuando han pecado, especialmente si ha sido de forma grave, tienen miedo de que Dios las esté buscando para castigarlas, como un policía que tiene que aplicar la ley. Hoy aprenderemos de Jesús que Dios va más allá de la ley, porque perdona, y sigue perdonando. Ésta es la actitud que aprendemos de Dios. Mira a tu propio corazón y date cuenta de que necesitas perdón. Y así, repetidas veces. Entonces, perdonarás también fácilmente a otros. — Pidámosle a Jesús esta actitud, incluso cuando todavía sentimos la herida infligida.
Acto Penitencial
Durante esta cuaresma hemos mirado dentro de nosotros mismos
y se espera que nos hayamos dado cuenta
de que somos pecadores
en constante necesidad de perdón.
Busquemos sinceramente el perdón del Señor.
(Pausa)
-
Señor Jesús, tú no nos arrojas piedras contra nosotros y quieres que tampoco las arrojemos contra nadie.
R/ Señor, ten piedad de nosotros. -
Cristo Jesús, tú no nos condenas porque has venido a salvar lo que estaba perdido y quieres que seamos libres y que tengamos vida.
R/ Cristo, ten piedad de nosotros. -
Señor Jesús, tu nos dices que vayamos y no pequemos más.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Ten misericordia de nosotros, Señor, perdónanos y haznos nuevos.Llévanos a la vida eterna.
Oración Colecta
Pidamos a nuestro Padre
que sepamos imitar su misericordia.
(Pausa)
Oh Dios de vida:
Ésta es la Buena Noticia de salvación,
que nos proclamas hoy
por medio de tu imagen viviente, Jesucristo:
El amor es más fuerte que la muerte;
tú quieres que el pecador viva
y que llegue a ser totalmente nuevo.
Haz que no vivamos por más tiempo
en el pasado del pecado,
sino que seamos libres para dar vida y para amar.
Danos un corazón tan compasivo para con los hermanos
como el tuyo, siempre indulgente y cariñoso para con nosotros.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Primera Lectura (Is 43,16-21): Olviden el Pasado. Adelante Conmigo.
A este pueblo escogido, que sufre en el desierto, Dios le dice: He realizado grandes obras de salvación por ustedes en el pasado. Haré cosas mayores por ustedes en el futuro.
Segunda Lectura (Flp 3,8-14): Esfuércense por lo Que Hay por Delante
Una vez que Pablo hubo sido “agarrado” por Cristo, el pasado ya no contó más, y se esforzó hacia su futuro en Cristo, por la fuerza del Señor resucitado.
Evangelio (Jn 8,1-11): Vete y, en Adelante, No Peques Más.
La misión de Jesús no es juzgar y condenar, sino perdonar y dar nuevas oportunidades en la vida. ¿Acaso no es esa también nuestra misión?
Oración de los Fieles
Con su amor, Dios quiere hacer siempre nuevo al mundo. Encomendemos a su misericordia nuestras intenciones y las de nuestros hermanos y hermanas. Y digamos: R/ Señor de la vida, en ti confiamos.
-
Por la Iglesia a la que amamos, para que sea en nuestro mundo un lugar y un signo de perdón y reconciliación, roguemos al Señor.
R/ Señor de la vida, en ti confiamos. -
Por los que condenan y por los condenados, roguemos al Señor.
R/ Señor de la vida, en ti confiamos. -
Por los hogares rotos; y también por las familias bien unidas, roguemos al Señor.
R/ Señor de la vida, en ti confiamos. -
Por los que se sienten heridos por los problemas de la vida; y también por los que siguen esperando, roguemos al Señor.
R/ Señor de la vida, en ti confiamos. -
Por los gobernantes y los que tienen alguna autoridad, para que presten atención a las necesidades del pueblo, y para que no aplasten a nadie con su poder, roguemos al Señor.
R/ Señor de la vida, en ti confiamos. -
Por nuestras comunidades cristianas, para que sigan aceptando a todos con comprensión y compasión, roguemos al Señor.
R/ Señor de la vida, en ti confiamos.
Señor Dios nuestro, te damos gracias por escucharnos y por mostrarnos tu misericordia, por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Con estos signos de pan y vino
participamos del perdón y de la vida
de tu Hijo Jesucristo.
Por su cuerpo y su sangre
haz de nosotros,
que somos limitados e inseguros,
tu nueva creación, tu pueblo de esperanza,
capaz de alzarse por encima de sí mismo
y de preparar tu nuevo cielo y nueva tierra,
ya que esperamos todo de ti,
por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Introducción a la Plegaria Eucarística
Por medio de Jesús, nuestro Señor, le damos gracias al Padre por olvidar nuestro pasado y por llevarnos hacia un futuro de amor, justicia y libertad.
Introducción al Padre Nuestro
pedimos a nuestro Padre del cielo
que nos perdone,
como nosotros perdonamos a otros.
R/ Señor, no soy digno…
Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de nuestro pasado de maldad,
de todo lo que nos aleja de ti
y los unos de los otros.
Reúnenos en la solidaridad y en la paz
de una sola fe, una sola esperanza y un solo amor,
como pueblo hecho libre por tu Hijo.
Que sepamos difundir tu reconciliación
para construir un mundo liberado
y para aguardar con esperanza
la venida gloriosa
de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.
Invitación a la Comunión
que no nos condena,
sino que crea con nosotros un nuevo comienzo.
Dichosos nosotros invitados
a escuchar sus palabras de perdón
y a comer su pan de vida.
R/ Señor, no soy digno…
Oración después de la Comunión
Te damos gracias por habernos permitido participar,
en esta eucaristía,
en el sacrificio de tu Hijo
que nos ha traído tu perdón y tu paz.
Que él nos dé a nosotros, pecadores perdonados,
la fuerza para permanecer fieles a ti.
Haz que seamos discípulos
exigentes con nosotros mismos
pero muy misericordiosos con los demás.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Hemos oído hoy la invitación del Señor a no encerrarnos en nosotros mismos, en la mediocridad del pasado, sino a partir decididamente hacia el futuro con fresca generosidad. Este futuro no se realizará sin dificultades:
El Señor nunca promete una vida fácil, pero promete estar siempre con nosotros.
Que así sea, con la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Podemos ir con la alegría y la fuerza del Señor.