Liturgia Viva – Viernes después de la Epifanía
SE CUMPLE HOY LA PALABRA DE DIOS
Introducción
Hablando en la sinagoga de Nazaret, Jesús afirma que hoy se cumple la Palabra de Dios que él proclama y que es la Buena Noticia de alegría para todos.
Así mismo, Jesús proclama para nosotros hoy en nuestras asambleas eucarístícas la Buena Noticia del amor liberador de Dios, y él mismo en persona es esa Buena Noticia, pues está presente entre nosotros. Esta eucaristía es ahora para nosotros el gran momento de gracia. El Espíritu de Jesús mora en nosotros ahora, y nos da la capacidad de hablar y de ser su mensaje de esperanza, alegría y amor para nuestros hermanos.
Oración Colecta
Señor Dios, Padre amoroso:
Aquí y ahora, en esta asamblea eucarística,
has querido que tu Hijo nos proclamara hoy
su estimulante palabra de esperanza y alegría.
Derrama sobre nosotros el Espíritu de Jesús,
para que él -el Santo Espíritu-
nos abra a la palabra de tu Hijo y a su presencia viva,
y así también nosotros
vayamos a nuestros hermanos y hermanas
a proclamarles su palabra liberadora,
de forma que experimenten su presencia sanadora,
y a ser gracia para todos los que encontremos en nuestro camino.
Todo esto, a causa de tu Hijo en medio de nosotros,
Jesucristo nuestro Señor.
Intenciones
- Señor, da valor y elocuencia a todos los maestros en la Iglesia, para que nos ayuden a comprender tu palabra y a proclamarla a todos como Buena Noticia de salvación, y así te pedimos:
- Señor, abre nuestros ojos a las miserias de nuestros hermanos; que nos preocupemos por los que se sienten presos de sus temores y atrapados por la opresión y la injusticia. Ayúdanos a liberarlos. Y así te pedimos:
- Señor, haznos receptivos a tu palabra. Libéranos de la superficialidad y del miedo, de nuestra excesiva seguridad en nosotros mismos, de nuestras certezas demasiado humanas. Que tu palabra de libertad se cumpla en nosotros hoy. Y así te pedimos:
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios, invisible para el pueblo:
Que tu Hijo nos ayude hoy
a hacer visible tu amor gratuito
a un mundo lleno de temores.
Danos a Jesús, para fortalecernos
con su comida y bebida eucarísticas,
para que podamos vencer a las fuerzas del mal
en nosotros y en el mundo que nos rodea.
Que su amor de auto-sacrificio, su bondad y lealtad
se hagan carne de nuestra carne
y sangre de nuestra sangre,
e iluminen a este mundo,
porque tú nos amaste primero
en Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor Dios, Padre amoroso:
Esta celebración eucarística
ha sido para nosotros un fuerte momento de gracia.
Te damos gracias por abrir nuestros ojos y oídos,
para que nosotros, a nuestra vez,
podamos ser y llevar tu mensaje de alegría
a los ciegos y sordos.
Te damos gracias por liberarnos
y así poder llevar tu libertad
a los cautivos de sus miedos
y de nuestra propia inhumanidad.
Todo esto lo has hecho posible
por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Convertiremos el mensaje del Señor en Buena Noticia de esperanza y alegría solamente si el espíritu de la verdad y del amor habla por nuestras palabras, y, sobretodo, si nos comprometemos a vivir lo que decimos.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.