Liturgia Viva del Viernes de la V Semana del Tiempo Ordinario. Bienaventurada Virgen María de Lourdes
Viernes de la Quinta Semana del Tiempo Ordinario
Capaces de oír
Oración Colecta
Oh Dios, Salvador nuestro:
Tu Hijo Jesús hizo oír a los sordos
y hablar a los mudos.
Haz que nos percatemos
de que, con frecuencia, nosotros también somos
tartamudos y duros para escuchar.
Abre nuestros oídos al mensaje de tu Hijo
para que sacuda nuestros corazones y cambie nuestras vidas.
Suelta nuestras lenguas para proclamar las maravillas
que tú haces por nosotros
por medio de Jesucristo, nuestro Señor y Salvador,
por los siglos de los siglos.
Oración de los Fieles
- Por todos los miembros de la Iglesia. Para que no solamente amemos a los pobres y cuidemos de ellos, sino que tengamos suficiente valor para protestar y defenderlos con energía cuando sean injustamente oprimidos, roguemos al Señor.
- Por los educadores de la fe –sacerdotes, religiosas, catequistas, maestros. Para que escuchen sapiencialmente la palabra de Dios y después sepan transmitirla con convicción, fervor y amor, roguemos al Señor.
- Por los que se muestran sordos y ciegos a sus hermanos, sus necesidades y su amor. Para que sus ojos y corazones se abran a los tesoros de un amor comprometido y de un generoso compartir, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro, Padre misericordioso:
Tú preparas la mesa de tu Hijo
para ricos y pobres por igual.
Por la fuerza de este Pan de Vida,
no permitas que permanezcamos sordos
a tu voz desgarrada, que clama
desde las necesidades de los pobres y oprimidos.
Enséñanos y ayúdanos a dirigirnos a ellos
no sólo con palabras de compasión
sino sobre todo con obras de justicia,
de aprecio de su dignidad y de amor.
Que éste sea el signo y señal
de que tu Hijo Jesús vive entre nosotros,
que él que es nuestro Señor y Salvador
por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Oh Dios, Salvador nuestro:
En tu Hijo Jesucristo tú has elegido
a los que son pobres y débiles en este mundo
para hacerlos ricos en fe y en amor
y para ser herederos de tu Reino.
Jesús todo lo hizo bien. Nosotros queremos seguirlo.
Dígnate hablar con fuerza por medio de nosotros
–que éramos timoratos
y nos quedábamos cortados por la timidez–,
con obras de misericordia y esperanza,
ya que nos has sanado y liberado a todos
por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Jesús ha estado con nosotros en esta celebración eucarística para sacudirnos y sacarnos de nuestro aislamiento y para abrirnos, con respeto y amor, a Dios y a nuestro prójimo, es decir, a todos. Que, como Jesús, nos hagamos disponibles, sobre todo para servir a los más pobres entre nosotros, de tal modo que puedan ellos sentir que, junto con Dios, nosotros también nos preocupamos y cuidamos de ellos. Que el Señor, con su bendición, nos dé esa apertura a los hermanos. Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre.