Liturgia viva del viernes de la xii semana del tiempo ordinario, feria
UN CORAZÓN COMPASIVO
Introducción
Primera Lectura Los judíos son castigados por su persistente infidelidad. Jerusalén y su templo son destruidos y el pueblo enviado al exilio.
Evangelio: Inmediatamente después del Sermón de la Montaña, Mateo nos narra una serie de milagros de Jesús. El primero de ellos es el evangelio de hoy: la curacíón de un leproso. Jesús había hablado con poder, ahora actúa con poder; Jesús había hablado de la ley del amor, ahora él mismo lo pone en práctica en un acto de ayuda compasiva a un marginado y proscrito. Tengamos presente que en la Biblia la lepra está unida muy de cerca al pecado, y que es como un signo físico del mismo pecado. Honremos a nuestro Señor, Jesús. en su compasión y perdón.
Colecta
Señor Dios, Padre nuestro: Tu Hijo Jesús nos reveló tu amor, compasivo y sanador. Que su presencia aquí en medio de nosotros nos llene con su poder de compartir las miserias de nuestro prójimo. Que nuestras palabras sean como bálsamo sobre heridas abiertas en sus corazones y que nuestras acciones traigan curación a todos los que nos rodean. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor.
Intenciones
- Con todos los que buscan perdón y reconciliación, clamamos a ti, Señor; y con todos los que han encontrado perdón y que también saben perdonar, te damos gracias, Señor.
R/ Señor, escucha nuestra oración. - Con todos los rechazados y excluidos por sus comunidades, clamamos a ti, Señor; y con todos los que acogen a sus hermanos y restauran su dignidad, te alabamos, Señor.
R/ Señor, escucha nuestra oración. - Con todos los que ocultan con soberbia sus sufrimientos, clamamos a ti, Señor; y con todos los que los comparten humildemente con los demás y los inspiran, te alabamos, Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios, Padre nuestro: Tú eres bueno para con nosotros. Con estos dones de pan y vino te ofrecemos ahora el sacrificio de Jesús que con su muerte nos otorgó tu perdón. Reconcílianos contigo y con los hermanos y sigue limpiándonos de la lepra de la soberbia y de la dureza de corazón, que desfiguran en nosotros el rostro de Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Oración después de la Comunión
Oh Dios y Padre nuestro: Tu Hijo Jesús nos ha hablado a nosotros con palabras y acciones de curación. Él ha respondido con el don de sí mismo a nuestra súplica de perdón y de nueva esperanza en nuestra vida. Haznos a nosotros capaces también de tender bondadosamente nuestras manos a los que penan y padecen, y de tocarlos con nuestro amor. Y que nuestra ayuda compasiva alcance sobre todo a los afligidos, marginados y excluidos de este nuestro frío mundo. Te lo pedimos en el nombre de Jesús, el Señor.
Bendición
Puesto que hemos pecado, nosotros también deberíamos acercarnos a Dios para decirle: “Señor, tú puedes limpiarme”; él está muy dispuesto a hacerlo, porque nos ama y repetidamente nos sana. -Ojalá nosotros también sepamos curar y fortalecer a los hermanos que nos rodean. Con la bendición de Dios todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.