Liturgia viva del viernes de la xiv semana del tiempo ordinario, feria

Fecha

10 Jul 2020
Finalizdo!

ENVIADOS SIN SEGURIDAD

Introducción
Primera Lectura
. El último capítulo de Oseas es un llamado emocional a la conversión, a un fiel retorno al Señor. Él solamente puede salvar, solamente él es el Señor de la historia, y solamente él puede otorgar la felicidad que el pueblo busca tan frenética y desesperadamente.
Evangelio.
Lo que Jesús dice de sus apóstoles_misioneros se aplica también a todos los que les siguen: tienen que vivir con inseguridad. Serán contradichos, ridiculizados, quizás perseguidos. El evangelio, que se supone debe unir y llevar paz, en realidad frecuentemente divide, y lleva guerra. Trae división incluso entre aquellos que aclaman a Cristo como a su Señor. Jesús prometió a sus discípulos –de entonces y de ahora– su Espíritu Santo, para que esté a su lado en las pruebas y tribulaciones.

Colecta
Señor Dios nuestro: Con frecuencia sentimos que nuestra fe es puesta a prueba en la confusión de nuestro tiempo. Te pedimos que el Espíritu Santo hable en nosotros cuando encontremos contradicciones a causa del evangelio de tu Hijo. Qué él sea nuestra fortaleza y nuestra paz cuando tenemos que vivir con nuestras incertidumbres e inseguridades que son parte y herencia de los que creemos en ti. Permanece con nosotros cuando la marcha sea dura, y llévanos contigo a tu casa, por Jesucristo nuestro Señor.

Intenciones

Por todas las Iglesias e instituciones misioneras, para que sepan proclamar a Cristo no por medio de poder y prestigio, sino con humilde servicio. Roguemos al Señor.

Por los misioneros, para que descubran lo bueno que hay en las mentes y corazones de los misionados y en su cultura, para curarlo, ennoblecerlo y perfeccionarlo todo en Cristo Jesús. Roguemos al Señor.

Por todas nuestras iglesias jóvenes, todavía en formación, para que estén profundamente encarnadas y arraigadas en su propio pueblo como comunidades de fe y de amor, que enriquezcan a la Iglesia Universal. Roguemos al Señor.

Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro: Jesús, tu hijo, se sentía indefenso contra los que le rechazaban; sin embargo se confió plenamente a ti y lo resucitaste de entre los muertos. Que él se haga presente sobre el altar en estos signos de pan y vino y que nos acompañe en el camino hacia ti, para que podamos permanecer fieles y perseverantes hasta el fin. Y de este modo podamos vivir también con él que es nuestro Señor por los siglos de los siglos.

Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro: Te damos gracias por alentarnos a través de la palabra y del ejemplo de tu Hijo Jesucristo. Su palabra no siempre es cómoda y agradable, como tampoco lo fue su ejemplo. Envíanos a anunciar su evangelio, sobre todo por la forma cómo lo vivimos. Y cuando nuestro ardor se esté enfriando, recuérdanos que tú eres nuestro Dios que nos envías y acompañas por medio del mismo Jesucristo nuestro Señor.

Bendición
Hermanos: Los que hablan en nombre de Dios no deberían preocuparse por lo que han de decir, ya que Cristo nos asegura que el Espíritu Santo hablará por ellos. Que el Señor les bendiga a ustedes, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.


SAN BENITO, ABAD.

Introducción
El tiempo de San Benito, entre los años 480 y 550 D.C., era un tiempo de crisis -muy semejante al nuestro.” Cambio radical de la faz de todo el mundo de la época. El Imperio Romano se estaba derrumbando en el Oeste, y pueblos enteros estaban emigrando de continente a continente. La confusión espiritual era todavía aún mayor. A la Orden de monjes que él fundó (Benedictinos) les legó una Regla que es modélica por su equilibrio, y atrayente a la capacidad humana. Los monasterios benedictinos se convirtieron, para una gran parte de Europa, en centros de civilización y cultura. Benito es el Santo Patrono de Europa y del monasticismo de Occidente.

Colecta
Oh Dios, sabio y amoroso: San Benito enseñó sabiamente a sus monjes que deberían combinar equilibradamente estos dos elementos: trabajo y oración. No permitas que olvidemos o menospreciemos ninguno de los dos. Que nuestra oración inspire lo que hacemos para cumplir con conciencia nuestra tarea en la vida y para usar nuestros talentos, regalos de Dios, para tu servicio y el de nuestros hermanos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

Oración sobre las Ofrendas

Señor Dios nuestro: Con este pan y este vino recordamos a aquél que se entregó totalmente por los otros, tu Hijo Jesucristo. Le despojaron de todo excepto de la certeza de que podía contar contigo. Haznos conscientes de que las cosas terrestres y rastreras, a las que nos sentimos tan atraídos, tienen solo un valor relativo y pasajero. Orienta nuestros corazones hacia las cosas de arriba, que jamás se devalúan: tú y nuestro prójimo, la justicia, la verdad, la fraternidad y el amor. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

Oración después de la Comunión

Señor Dios nuestro: Por el poder y fuerza de esta eucaristía ayúdanos a comprender y a practicar plenamente lo que significa ser discípulo de Jesús. Que sepamos encontrar en él calma y serenidad y aprender a llevar la paz a otros, la paz hecha de amor y bondad, de perdón y de misericordia. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.


El material que aquí te ofrecemos está tomado de la obra del P. Camilo Marivoet, cicm y publicada en Filipinas por Claretian Publications (en inglés) con el título de LITURGY ALIVE. La traducción y adaptación es del P. Carmelo Astiz, misionero claretiano.
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