Liturgia viva del Viernes de la XVI Semana del Tiempo Ordinario
LOS MANDAMIENTOS, CAMINO A LA LIBERTAD
(Ex 20:1-17; Mt 13:8-23)
Introducción
“Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué… de la casa de la esclavitud”. Estas primeras palabras de los mandamientos subrayan el significado que el Antiguo Testamento dio a los mandamientos de Dios. Son los estatutos de fidelidad para nosotros, socios del Dios de la Alianza. Nadie puede pertenecer al pueblo libre de Dios sin ser fiel a estos principios fundamentales. Los mandamientos son el camino a la libertad. Su base es el amor, que nos hace fieles a Dios y a los hermanos.
Evangelio. El evangelista Mateo interpreta para su comunidad, y aplica a su situación, el significado de la parábola del sembrador.
Colecta
Señor, Dios todopoderoso,
A veces algunos perciben tus mandamientos
como un yugo duro de llevar,
y una limitación a su libertad.
Danos la gracia, Señor,
de percatarnos profundamente
que tus mandatos son una fuerte salvaguarda
contra cualquier forma de esclavitud.
Por tus mandamientos guárdanos libres
para saber respetar
los derechos de la gente a la libertad,
dondequiera que vivan,
y para llegar a ser para siempre tus fieles hijos e hijas
hechos libres por Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro,
que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.
Intenciones
- Para que los líderes de la Iglesia y todo el Pueblo de Dios tengamos el valor de hablar y actuar cuando las leyes de Dios, leyes de justicia y amor, son pisoteadas, roguemos al Señor.
- Para que los que no conocen a Dios sigan fielmente las leyes del mismo Dios inscritas en su conciencia y en su corazón, roguemos al Señor.
- Para que el mensaje del evangelio de Jesús y su vida sean nuestra pauta para buscar la voluntad de Dios, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
En virtud de su muerte por sus amigos
tu Hijo Jesús nos mostró claramente
que el amor da profundidad y significado
a todas las leyes.
Ayúdanos a celebrar en esta eucaristía
nuestra relación de vida y amor
contigo y con todos los hermanos.
Danos el Espíritu de tu Hijo,
para que el amor hacia ti
no sea nunca pretexto para abandonar a los hermanos;
y para que, por el contrario, el amor al prójimo
nos lleve a entregarnos más que nunca a ti.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Por medio de Jesucristo, tu Hijo,
nos has liberado de toda alienación.
No permitas que convirtamos tus mandamientos
en instrumentos de opresión.
Haz que sean en nuestras vidas
caminos hacia la verdad y la fidelidad,
hacia la vida, la paz y la justicia,
hacia el servicio desinteresado,
para que entre nosotros la palabra ”ley”
se traduzca y signifique siempre: “amor”,
pues tú eres amor,
ahora y por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: Hemos oído hoy en la Escritura: “Yo soy el Señor su Dios.. que les sacó a ustedes de la casa de la esclavitud”. Dios nos ha hecho libres.
Permanezcamos libres con la bendición de Dios todopoderoso, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.