Liturgia viva del XVI Domingo del Tiempo Ordinario
DOMINGO 16 EN TIEMPO ORDINARIO (Ciclo A)
1. Debe Haber Tiempo para Sanar
2. Paciencia con las Malas Hierbas
Saludo
La paciencia de Dios nuestro Padre,
el amor de nuestro Señor Jesucristo
y la fuerza del Espíritu Santo
esté siempre con ustedes.
Introducción por el Celebrante (Dos Opciones)
1. Debe Haber Tiempo para Sanar
Todos deseamos ver un mundo sin maldad, una Iglesia sin faltas. Ver que la Iglesia real y el mundo real son imperfectos y están en pecado nos impacienta. Jesús nos recuerda hoy: Tengan paciencia, porque Dios mismo es paciente con la Iglesia y con el mundo, y también con nosotros. No olvidemos esto. Él nos ofrece tiempo para cambiar. – Pidamos a Jesús en esta eucaristía que comencemos el cambio del mundo y de la Iglesia con nuestra propia conversión.
2.Paciencia con Las Malas Hierbas
Te sientes sorprendido felizmente cuando, después de un disparate o una ofensa de tu parte, la persona ofendida lo toma con paciencia y te da nuevas oportunidades. Así actúa Dios con nosotros. Él sigue creyendo en nosotros. Esa es también la forma cómo quiere Dios que nos tratemos unos a otros. Como él, nosotros deberíamos ser plenamente conscientes de que la gente no es ni enteramente buena ni completamente mala, y que por lo tanto deberíamos ser pacientes, perdonando, confiando y dando tiempo para sanar. Demos gracias a nuestro Dios por su paciencia, y pidámosle que nos haga un poco como él es.
ACTO PENITENCIAL
Ahora pedimos al Señor que nos perdone
porque no aprovechamos las oportunidades que él nos dio
para ser mejores y para actuar mejor.
(Pausa)
Señor Jesús, danos valor para cambiar
lo que se puede cambiar.
R/. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo Jesús, danos paciencia para aceptar
lo que todavía no se puede cambiar.
R/. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor Jesús, danos la sabiduría de tu amable paciencia.
R/. Señor, ten piedad de nosotros.
Ten misericordia de nosotros, Señor, y perdónanos el mal que hemos hecho.
Danos la gracia de tener paciencia con nosotros mismos y con los otros,
y llévanos a la vida eterna.
Oración Colecta
Oremos a nuestro bondadoso Dios
que es paciente y lleno de compasión.
(Pausa)
Oh Dios paciente y misericordioso:
Tú ves bien que tu sol salga
para los buenos y para los malos,
y que la lluvia caiga igualmente
para los justos y para los malvados.
Gracias por tu paciencia y tu confianza.
Cambia nuestros corazones,
danos tiempo para crecer y madurar
como discípulos de Jesús, tu Hijo,
y dispón nuestros corazones
para aceptar a todos
con tu mismo amor y confianza incansables.
Haz esto como la forma cómo tu reino crece entre nosotros.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Primera Lectura (Sab 12,13.16-19): Dios es Paciente
El poder de Dios no aplasta u oprime, ni siquiera al pecador. Muestra su fuerza por su paciencia y misericordia. Ya que Dios nos da tiempo para cambiar y convertirnos, nosotros también debemos ser tolerantes unos con otros.
Segunda Lectura (Rom 8,26-27): El Espíritu Santo Nos Ayuda en Nuestras Debilidades
Nuestra vida cristiana es imperfecta, pero Dios sabe lo que hay en nuestros corazones; él nos dará el Espíritu Santo para que ore en nosotros y para darnos fortaleza y esperanza.
Evangelio (Mt 13,24-43): Déjalo para Dios el Separar los Buenos de los Malos
La parábola del trigo y las malas hierbas ilustra cómo Dios es paciente con una Iglesia imperfecta y con gente débil. No todos en la Iglesia están buscando el reino de Dios. Pero Dios nos da la oportunidad de convertirnos y de crecer.
Oración de los Fieles
Nosotros no sabemos cómo orar propiamente. Que el Espíritu Santo exprese nuestra súplica por el bien de la Iglesia y de todo el mundo. Y digamos: R/. Señor, guárdanos en tu amor.
1. Nosotros no sabemos cómo ser pacientes propiamente. Que el Espíritu Santo nos guarde de juzgar severamente a hermanos que hayan cometido errores, incluso a los que nos hayan herido, roguemos al Señor:
2. No sabemos cómo perdonar propiamente. Que el Espíritu Santo nos dé la fortaleza de dar el primer paso buscando reconciliación, roguemos al Señor.
3. Nosotros no sabemos cómo esperar propiamente. Que el Espíritu Santo nos colme con confianza en el futuro de la Iglesia y de nuestro país, roguemos al Señor.
4. No sabemos cómo administrar justicia propiamente. Que el Espíritu Santo nos haga conscientes de los derechos de las personas, y nos disponga a darles lo que les es debido y más todavía, roguemos al Señor.
5.Nosotros no sabemos cómo amar propiamente. Que el Espíritu Santo conceda a nuestras comunidades la unidad, aceptación y sentido de pertenencia, roguemos al Señor.
Oh Padre de bondad, danos la gracia de que el Espíritu Santo nos prepare con alegría para el día en que coseches las semillas que tú has sembrado entre nosotros, por Jesucristo nuestro Señor.
Oración de Ofertorio
Señor Dios nuestro, Padre misericordioso:
Tu Hijo Jesucristo invita a su mesa
indistintamente a los débiles junto con los fuertes,
a los soberbios junto con los humildes.
Ojalá que, encontrando a Jesús,
los débiles se vuelvan más fuertes,
y los buenos mejores,
y que todos lleguemos a ser
afables, dadores de perdón
y tolerantes unos con otros,
como tú has sido siempre
bueno y paciente con nosotros
por medio de Jesucristo, nuestro Señor.
Introducción a la Plegaria Eucarística
Por medio de Jesús y con él ofrecemos esta eucaristía a nuestro Padre, paciente y cariñoso, y le damos gracias por su misericordia.
Introducción al Padrenuestro
Nosotros no sabemos orar como debiéramos,
pero el Espíritu Santo nos ayuda
a orar bien a nuestro Padre del cielo
con las mismas palabras de Jesús.
R/. Padre nuestro…
Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de todos los males,
sobre todo del pecado,
el mayor de todos los males.
Guárdanos libres de juzgar y condenar ,
porque quiénes somos nosotros para juzgar a otros
si nosotros mismos tenemos que pedirte
que seas paciente e indulgente con nosotros.
Ayúdanos a aceptarnos y a apreciarnos unos a otros
y a preparar juntos con alegría y esperanza
la plena venida entre nosotros
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
R/. Tuyo es el reino…
Invitación a la Comunión
Éste es Jesucristo, el Señor,
que siembra en nuestros corazones
la buena semilla de su mensaje.
Dichosos nosotros de escucharle
y de recibirle como nuestro pan de vida.
R/. Señor, no soy digno…
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Tú revelas tu fuerza
siendo indulgente con el débil.
Hemos recibido a tu Hijo Jesucristo
en esta celebración eucarística.
Cólmanos con el poder de su Espíritu,
para que sepamos alentar más que condenar,
que seamos constructivos más que hostiles,
que nos aceptemos unos a otros más que nos rechacemos,
que sepamos trabajar juntos más que sólo criticar.
De este modo ojalá logremos ser más tu pueblo
en medio del cual viva Jesús,
nuestro Señor por los siglos de los siglos.
Bendición
Hermanos: Para gente que tiende a clasificar fácilmente a otros;
más conforme a sus malos rasgos que a sus cualidades,
¡que bueno haber estado aquí con el Señor!
Él es paciente con nosotros,
nos perdona, ve lo bueno en nosotros
y nos da tiempo para sanar.
De él aprendemos a ser pacientes con otros.
Así pues, practiquemos la paciencia, con la ayuda del Señor.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo
descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.