Liturgia Viva del XX Domingo del Tiempo Ordinario
DOMINGO 20 – TIEMPO ORDINARIO (Ciclo B)
La Eucaristía está en la Medula de Nuestra Fe
Vengan: la Mesa está Preparada
Den Gracias a Dios por la Eucaristía
Saludo (Ver la Primera Lectura)
La sabiduría de Dios ha preparado su vino
y ha puesto la mesa.
Él nos invita en la lectura de hoy:
“Vengan a comer mi pan
y a beber el vino que he mezclado.”
Esta es la invitación que hoy nos hace el Señor.
Que sepamos responder a esa invitación.
y que él esté siempre con ustedes.
Introducción por el Celebrante (Tres Opciones)
1. La Eucaristía está en la Medula de Nuestra Fe
Sabemos que la verdadera medula de nuestra fe es que el cuerpo de Cristo se quebró por nosotros en la cruz, para que derramar su sangre por nosotros, pero que resucitó de entre los muertos y está vivo para siempre. Para nosotros, el modo más profundo de participar en su muerte y resurrección es la Misa, la eucaristía que ahora celebramos. Aquí recibimos el cuerpo de Cristo como nuestro alimento. Ahí la sangre se hace presente como derramada para perdonar nuestros pecados y para llenarnos con la vida, fuerza y alegría de Jesús. Celebremos esta eucaristía con gratitud, porque aquí el Señor se entrega a sí mismo totalmente para nuestra salvación.
2. Vengan, la Mesa está Preparada
“Vengan, la mesa está lista.” En nuestros hogares ésta es la invitación que nos reúne a todos juntos como familia, para compartir nuestro alimento y nuestro amor. “Vengan, la mesa está preparada”. Es la invitación que Jesús nos hace para la eucaristía. Él toma nuestro pan humano y lo convierte en el signo de la donación de sí mismo: “Tomen y coman todos de él: porque esto es mi cuerpo.” Esto es yo mismo que me entrego por ustedes. Sentémonos a la mesa del Señor para partir y comer su pan, y aprendamos de él a convertirnos en el alimento y bebida de vida y alegría para todos.
3. Den Gracias al Señor por la Eucaristía
¡Qué afortunados somos, teniendo la eucaristía! Aquí está Jesús asegurándonos: “Yo estoy con ustedes y vivo en medio de ustedes, y les doy no un regalo cualquiera, sino me doy a mismo como alimento para el viaje de la vida. Coman mi pan de vida y beban mi vino de alegría y de redención. Esto es yo mismo que me doy por ustedes.” De esta manera Jesús nos hace también a nosotros capaces de entregarnos a Dios y a los hermanos. Que ésta sea una celebración de acción de gracias, con el Señor en medio de nosotros.
Acto Penitencial
1 y 2. La Eucaristía está en la Medula de Nuestra Fe
Vengan: la Mesa está Preparada
La eucaristía nos unifica con el Señor, Jesús.
Si pudiéramos cuantificar,
¿en qué medida somos nosotros uno con él?
¿Con qué frecuencia dejamos que el pecado nos aleje de él?
Examinémonos ante el Señor.
(Pausa)
– Señor Jesús, tú nos invitas a comer tu cuerpo y a beber tu sangre. Señor, ten piedad de nosotros.
– Cristo Jesús, tú nos invitas a vivir en ti y a ser uno contigo, para que tú puedas ser uno con nosotros, Cristo, ten piedad.
– Señor, tú nos invitas a tomarte como alimento, como nuestro pan que vence a la muerte y nos hace vivir para siempre. Señor, ten piedad de nosotros.
Señor, que esta eucaristía perdone nuestros pecados, nos colme con tu amor y tu fuerza, y nos lleve a la vida eterna.
3. Den gracias al Señor por la eucaristía
¿Le hemos dado gracias al Señor, alguna vez, profundamente, por permanecer con nosotros en la eucaristía? – Aclamémosle ahora como nuestro Emmanuel, nuestro Dios-con-nosotros.
(Pausa)
– Señor Jesús, toda alabanza y acción de gracias a ti porque te nos has dado generosamente en la eucaristía. Señor, ten piedad de nosotros.
– Cristo Jesús, toda alabanza y acción de gracias a ti por asegurarnos que tendremos vida eterna si nos alimentamos con tu cuerpo y con tu sangre. Cristo, ten piedad de nosotros.
– Señor Jesús, toda alabanza y acción de gracias a ti por convertirte para nosotros en el alimento que necesitamos en el viaje de la vida. Señor, ten piedad de nosotros.
Oh Dios, siempre amable y compasivo, perdónanos por haber mostrado poca gratitud por la vida que nos has otorgado en la eucaristía. Que este alimento de vida nos lleve a la vida eterna.
Oración Colecta
Temas 1 y 2
Oremos para que la eucaristía nos llene con la vida de Cristo.
(Pausa)
Oh Dios nuestro, fuente de vida:
Tú nos permites gustar y ver cuán bueno tú eres
al darnos a tu Hijo Jesucristo
como pan y bebida de vida.
Danos hoy la eucaristía como nuestro “pan de cada día”,
para que con Cristo y por él pasemos de la muerte a la vida.
Que su vida fluya en nosotros
y se desborde sobre nuestros hermanos y hermanas
para que nos convirtamos en su cuerpo visible para el mundo.
Te lo pedimos por medio del mismo Jesucristo nuestro Señor.
Tema 3. Den Gracias al Señor por la Eucaristía
Demos gracias al Padre
por darnos a Jesús en la eucaristía.
(Pausa)
Oh Padre, lleno de amor,
¿cómo podríamos conocer la profundidad de tu amor
si tu Hijo no se hubiera hecho carne de nuestra carne
y sangre de nuestra sangre?
¿Cómo podríamos tener nunca
el valor de vivir los unos para los otros
y, si fuere necesario, morir por ellos
si Jesús no hubiera entregado su cuerpo
y derramado su sangre por nosotros?
Gracias, Padre, por hacer posible
que Jesús permanezca con nosotros en la eucaristía
y que se convierta aquí para nosotros
en nuestro “pan de cada día”.
En nuestro viaje a través de la vida
haz que este pan vivo sea el alimento que nos dé fuerza
para, como él, vivir y morir por nuestro prójimo y por ti,
nuestro Dios de vida, por los siglos de los siglos.
Primer Lectura (Prov 9:1-6): Comiendo y Bebiendo Sabiduría
La Sabiduría quiere entregarse a sí misma como alimento y bebida, para dar inspiración y vida. Cristo, la Palabra de Dios, es la verdadera Sabiduría. En el banquete de la eucaristía nos transforma en imagen y semejanza de Dios.
Segunda Lectura (Ef 5:15-20): Alabando al Padre por medio de Cristo
Es el Espíritu Santo quien enseña a los cristianos la verdadera sabiduría de la vida. En la asamblea litúrgica cantan su acción de gracias al Padre por medio de Jesucristo.
Evangelio (Jn 6:51-58): Compartiendo la Vida de Jesús por medio de la eucaristía
Al alimentarnos con el cuerpo y sangre del Señor, participamos de la vida de Jesús y estamos seguros de que él nos resucitará de entre los muertos.
Oración de los Fieles
Nuestro Señor Jesús nos ha alimentado con sus palabras de vida, y nos invita a su banquete. Presentémosle todos nuestros afanes y los de nuestros seres queridos. Responderemos a cada petición diciendo:
R/ Quédate con nosotros, Señor.
Por la Iglesia, para que la eucaristía siga siendo la fuente de su vitalidad y de su habilidad para dar testimonio de la presencia del Señor en la comunidad, roguemos al Señor.
Por los cristianos, en donde quiera que estén, para que tengan hambre y sed de justicia en el mundo y puedan dar acceso a cada persona a los valores espirituales y a los bienes materiales que necesiten, roguemos al Señor.
Por todos los que, en tantas partes del mundo, viven en la miseria y no tienen bastante ni para comer, para que la gente se una solidariamente para ayudarles a ganar con dignidad su propio sustento, roguemos al Señor.
Por nosotros y por todos los cristianos que nos juntamos alrededor de la mesa del Señor, para que Cristo nos una, alma y corazón, y nos haga como mesas abiertas para compartir con todos, roguemos al Señor.
Señor Jesucristo, tú te nos das como pan de vida. Ayúdanos a entregarnos a nuestros hermanos como tú, gratuitamente y sin reservas. Quédate con nosotros, Señor, ahora y por todos los siglos.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
Como un Padre que te preocupas de nosotros,
nos invitas a la mesa de tu Hijo.
Él cambiará nuestro pan en su cuerpo,
y nuestro vino en bebida de vida.
Haznos uno con él,
sacia nuestra hambre con su pan
y refréscanos con su bebida,
para que sepamos vivir, movidos por su amor,
su misma vida de valor y de entrega;
ahora y por los siglos de los siglos.
Introducción a la Plegaria Eucarística
En la oración eucarística cantamos nuestra gratitud y alabanza a nuestro Padre Dios, por habernos dado a Jesús como nuestro pan de vida.
Invitación al Padre Nuestro
Unidos a Jesús nuestro Señor, con sus mismas palabras rogamos
a nuestro Padre del cielo. R/ Padre Nuestro…
Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de todos los males,
líbranos de nuestra cobardía y egoísmo.
Nútrenos con el pan de vida.
Reúnenos a todos juntos
y guárdanos siempre unidos
para que el mundo reconozca
que tu Hijo vive en nosotros,
mientras caminamos con alegre esperanza
hacia la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo. R/ Tuyo es el reino…
Partiendo el Pan (A.Schilling)
El pan que partimos es el pan de resurrección
para una nueva vida y una nueva felicidad.
Es pan para ser compartido,
porque es el pan del Señor.
Invitación a la Comunión
Este es Jesús, el Señor, que nos dice:
“Mi carne es verdadero alimento
y mi sangre verdadera bebida.
Los que comen mi carne y beben mi sangre
viven en mí y yo viviré en ellos.”
Dichosos nosotros, que hemos aceptado esta invitación
para sentarnos a su mesa y comer su pan de vida.
Oración después de la Comunión
Te damos gracias, oh Dios, Padre nuestro,
por alimentarnos en nuestro viaje hacia ti
con el verdadero pan y bebida de vida:
que es tu Hijo Jesucristo.
En ésta y en cada eucaristía
que él tome cuerpo de nuevo en nosotros
para que nos entreguemos unos a otros
como él se entregó por nosotros;
que estemos presentes
y seamos serviciales unos a otros
como él está presente y disponible para servir a todos,
y que con él vivamos tu vida,
ahora y por los siglos de los siglos. Amén.
Bendición
Hermanos: Experimentamos día a día que vivir el evangelio del Señor no es nada fácil. No es fácil llevar una vida digna de vivirse: ser generoso y desinteresado, compasivo, amar a todos y ayudarse unos a otros, incluso cuando no es molesto, vivir una vida de integridad, construir juntos un mundo mejor…
Es la verdadera sabiduría la que nos impulsa a acercarnos a la mesa del Señor para buscar su fuerza.
Que el Señor nos acompañe en este camino de vida y amor.
Y que Dios nos bendiga a todos, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Vayamos con Jesús en el camino hacia Dios y hacia los hermanos.