Liturgia viva del XXIV Domingo del Tiempo Ordinario
- Perdona: Entra en el Mundo de Dios
- Nueva Oportunidad en la Vida
Saludo
Que el Dios de perdón, de misericordia y vida,
esté siempre con ustedes.
Introducción por el Celebrante
1. Perdona: Entra en el Mundo de Dios
Nos resulta familiar el dicho: “Errar es humano, perdonar es divino”. Quizás olvidamos con demasiada facilidad la segunda parte. Al perdonarnos unos a otros, hacemos lo que Dios hace siempre con nosotros. Si no podemos perdonar, no hemos aprendido a amar en profundidad y estamos todavía lejos del evangelio. Comenzamos esta eucaristía pidiendo perdón al Señor y a los hermanos.
2.Nueva Oportunidad el la Vida
La mayoría de nosotros hemos experimentado qué difícil es perdonar. Es algo casi imposible. En inglés antiguo este “imposible” significa “dar lo más que se pueda”, “extremadamente”, “ir tan lejos como se pueda” ¿No es eso lo que realmente significa perdonar, llegar hasta el final? ¿Quién puede olvidar la herida? Sin embargo, debemos perdonarla. ¿Quién no ve y siente las heridas y guarda vivo el recuerdo? Y sin embargo no deberíamos hacerlo. Pensemos en Dios: Cuando perdona, el mal pertenece al pasado. Desapareció. Dios no guarda cuentas. Quiere que pensemos solamente en el futuro. Jesús no condenaba, sino que daba nuevas oportunidades. Pidamos la actitud del Señor ahora en esta eucaristía.
Acto Penitencial
Miremos a Jesús, el Señor,
y veamos cómo perdonó a la gente.
(Pausa)
Señor Jesús, tú perdonaste a Pedro
después de que te negó tres veces.
R/ Señor , ten piedad de nosotros.
Cristo Jesús, tú no condenaste a la mujer sorprendida en adulterio;
le animaste simplemente a que no pecara más.
R/. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor Jesús, tú pediste a tu Padre
que perdonara hasta a los que te habían crucificado.
R/. Señor, ten piedad de nosotros.
Perdónanos a nosotros también, Señor,
y sigue haciéndolo cada vez que pequemos contra ti.
Disponnos a perdonar siempre a otros
y llévanos a la vida eterna.
0ración Colecta
Pidamos aprender a olvidar
de la misma forma como perdona el Señor.
(Pausa)
Oh Padre amoroso:
Tú eres bueno y paciente,
compasivo, cariñoso y misericordioso
con pecadores como nosotros.
Tú perdonas toda nuestra deuda del pecado.
Que tu perdón nos traiga mucha alegría y esperanza.
E indúcenos a olvidar y a perdonar con prontitud
las deudas, con frecuencia tan pequeñas,
que otros nos deben
a causa de las heridas que nos han infligido.
Tú nos has restaurado a la vida:
Ayúdanos a reavivar a otros
por medio de nuestro perdón,
para que puedan experimentar, un poco al menos,
tu bondad para con nosotros.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Primera Lectura (Eclo 27,30.28,7): Perdona, y Dios Te Perdonará
Incluso al final del Antiguo Testamento, el creyente sabía que Dios no perdona a los que no pueden perdonar a otros. El perdón es una exigencia de la Alianza.
Segunda Lectura (Rom 14, 7-99): Como Cristo, Nadie Debería Vivir para Sí Mismo
Por el bautismo pertenecemos a Cristo. Como él, deberíamos vivir y morir, no para nosotros mismos, sino para los demás.
Evangelio (Mt 18,21-35): Perdona de Corazón
Si no sabemos cómo perdonar, Dios no nos perdonará a nosotros, dice Jesús. El reino de Dios no vendrá a nosotros si no podemos perdonar.
Oración de los Fieles
Pidamos a nuestro Dios compasivo que nosotros, su pueblo, que hemos experimentado su perdón, llevemos al mundo la alegría de la reconciliación. Y digamos:
R/. Señor, ayúdanos a perdonar de corazón.
- Por la Iglesia, pueblo liberado por la sangre de Cristo, para que nosotros no nos dividamos en facciones, sino que vivamos juntos como hermanos en tolerancia y paz, roguemos al Señor.
- Por todas las iglesias cristianas, largo tiempo divididas por resentimientos y orgullo, para que nos podamos juntar en la unidad de un solo evangelio y un solo amor por Cristo, roguemos al Señor.
- Por los comprometidos a las causas de justicia y de liberación humana, para que no solamente acusen y protesten, sino que también reconozcan su pecado y lo arranquen de sus propios corazones, roguemos al Señor.
- Por los esposos que viven el uno junto al otro sin mucho amor y sin comunicarse mutuamente, para que logren perdonarse, entenderse y apreciarse de nuevo, roguemos al Señor.
- Y por nosotros mismos, reunidos ahora aquí, seres humanos como somos con nuestros fallos y debilidades, para que aprendamos del Señor a ser misericordiosos como él lo ha sido con nosotros, y a perdonarnos unos a otros de todo corazón, roguemos al Señor.
Señor, tú eres tan bueno que toda nuestra maldad viene a ser como nada. Aunque pequeños y frágiles, danos la gracia de mostrarnos unos a otros tus palabras y obras de perdón y de amor, a causa de Jesucristo nuestro Señor.
Oración de Ofertorio
Oh Dios y Padre nuestro:
En estos signos de pan y vino
celebramos la muerte de tu Hijo,
que nos trajo perdón y vida.
Que la mesa de la eucaristía sea para todos nosotros
una ocasión y un lugar donde todos aprendamos
a aceptarnos unos a otros, aun con nuestras flaquezas,
y a compartir el mismo pan y el mismo Señor
en amistad y paz.
Te lo pedimos por medio de Aquél
que reconcilió en sí mismo a todas las facciones,
Jesucristo nuestro Señor.
Introducción a la Plegaria Eucarística
En el verdadero centro de la celebración eucarística decimos: “Esta sangre será derramada por ustedes y por todos para el perdón de sus pecados”. El Señor nos trajo perdón por medio de su muerte. Demos gracias a Dios por su perdón y perdonémonos unos a otros en el Señor.
Oración por la Paz
Señor, Jesucristo, tú dijiste a tus apóstoles:
La paz les dejo, mi paz les doy.
No tengas en cuenta nuestros pecados
y ayúdanos a no mirar los pecados de los otros
ya que todos necesitamos la paz del amor y el perdón.
Concédenos la paz, la reconciliación y la unidad de tu reino
donde tú vives y reinas por los siglos de los siglos.
Invitación a la Comunión
Éste es Jesús, Cordero de Dios
que fue sacrificado por nuestros pecados.
En la cruz él rogó por los que habían buscado su muerte.
Dichosos nosotros de recibirle
y de aprender de él
a procurar reconciliación y paz.
R/. Señor, no soy digno…
Oración después de la Comunión
Oh Dios y Padre nuestro:
Tú nos has creado de nuevo
por medio del pan de vida de tu Hijo
y del perdón que él sigue concediéndonos
Ayúdanos también a hacer volver a la vida
a nuestros hermanos que esperan nuestro perdón;
y abre también nuestros corazones
para recibir su perdón con gratitud.
Haz que seamos una comunidad
en la que nos aupemos unos a otros
hacia la alegría de tu vida y de tu amor sanador.
Te lo pedimos en nombre de Jesús, el Señor.
Bendición
Hoy nos ha hablado Dios con toda claridad
a nosotros, a quienes nos resulta difícil:
pasar por alto las deficiencias,
dar nuevas oportunidades,
perdonar de corazón.
Jesús nos dice:
“Lleguen a ser como yo,
olviden y perdonen,
curen y cuiden a los hermanos,
y ustedes mismos recibirán sanación”.
Que Dios esté con ustedes y les bendiga.
Y así, que la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo
descienda sobre ustedes y les acompañe siempre.