Liturgia viva del XXIX Domingo del Tiempo Ordinario
1.Dios y el César
2.Buenos Ciudadanos del Reino de Dios y de Nuestra Patria
Saludo (Ver Segunda Lectura)
Dios les ama a ustedes, les ha escogido
y les ha propiciado la Buena Nueva de salvación.
Que la gracia y la paz de Dios nuestro Padre
y del Señor, Jesucristo,
esté siempre con ustedes.
Introducción por el Celebrante
- Dios y el César
Nosotros amamos a nuestro país; y es bueno que así sea. Pero ¿tendremos que estar conformes con todo lo que en él ocurre y con todas sus estructuras? Muchísimas veces no sabemos qué es lo mejor para nuestro país. – Como cristianos habríamos de aprender a discernir y a juzgar lo que está sucediendo entre nosotros y lo que deberíamos hacer a la luz del evangelio, ya que somos ciudadanos de ambos, de nuestro país y del Reino de Dios. En esta eucaristía de hoy oremos con el Señor para que sepamos ser buenos ciudadanos de ambos reinos. - Buenos Ciudadanos del Reino de Dios y de Nuestra Patria
Algunas veces se le acusa a la Iglesia de mezclarse en política o en los asuntos del estado. Pero la Iglesia tiene que alzar su voz profética para formar la conciencia de sus miembros con respecto a aspectos morales de cuestiones políticas y económicas, para procurar que las leyes de Dios, los derechos humanos y la dignidad del hombre sean respetados. Un buen cristiano debe ser también buen ciudadano y debe asumir sus responsabilidades hacia la comunidad humana. — La Iglesia y el estado deben respetarse mutuamente, sin tratar de controlarse mutuamente. Demos al estado lo que pertenece al estado y a Dios lo que pertenece a Dios.
Acto Penitencial
¿Qué hemos hecho nosotros a favor de nuestro país?
¿Hemos hecho algo para enriquecerlo con los valores del evangelio?
Examinémonos ante el Señor.
(Pausa)
- Señor Jesús, tú lloraste sobre Jerusalén porque tu pueblo judío no reconoció la llegada del reino de Dios.
R/. Señor, ten piedad de nosotros. - Cristo Jesús, tú criticaste a los líderes religiosos de tu país porque llevaban por mal camino a su pueblo.
R/. Cristo, ten piedad de nosotros. - Señor Jesús, en la cruz tú pediste a tu Padre que perdonara a los que te rechazaban de entre tu pueblo.
R/. Señor, ten piedad de nosotros.
Ten misericordia de nosotros, Señor, y perdónanos todos nuestros pecados. Ayúdanos a vivir según el evangelio
y llévanos a la vida eterna.
Oración Colecta
Oremos para que el Señor dirija a este nuestro mundo.
(Pausa)
Tú diriges el mundo y a toda la humanidad
a su destino en ti.
Da a los líderes del mundo y de nuestro país
una visión de futuro
que sea a la vez imaginativa, realista
y respetuosa de la dignidad y de los derechos humanos.
Ayúdanos a dar testimonio en la vida de cada día
de los valores del evangelio
y a involucrarnos con valentía en el trabajo
de libertad, integridad y justicia.
Que ojalá así construyamos una comunidad
que pre-anuncie eficazmente nuestra patria del cielo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.
Primera Lectura (Is 45, 1.4-6): Un Pagano, Instrumento del Plan de Dios
El rey Ciro, sin saberlo, sirve a los planes de Dios liberando a los judíos del exilio, porque Dios es el Señor de la historia.
Segunda Lectura (1 Tes 1,1-5b): Palabras de Aprecio
San Pablo da gracias a Dios por la joven comunidad cristiana de Tesalónica; es una comunidad ideal de fe, esperanza y amor.
Evangelio (Mt 22,15-21): Iglesia y Estado
Pertenecemos a las dos ciudades: a la humana y a la de Dios y debemos dar a cada una lo que le es debido. Los valores del evangelio deben ser nuestra guía.
Oración de los Fieles
Ante Dios nuestro Padre, recordemos a nuestra patria y a nuestros hermanos dominicanos y demos gracias por ellos: R/. Escucha a tu pueblo, Señor.
- Para que en cualquier parte de la tierra la Iglesia pueda hablar claro y sin miedo a favor de la paz, de los derechos y de la dignidad de la persona humana, roguemos al Señor.
- Para que la justicia, el amor y la libertad responsable sean la base del orden social, tanto en el mundo como en nuestro país, y así todos los pueblos vivan en paz y seguridad, roguemos al Señor.
- Para que toda la humanidad comparta equitativamente los bienes materiales y espirituales del mundo, y para que el estado y las organizaciones civiles ayuden y protejan a los débiles y a las víctimas de las calamidades naturales, roguemos al Señor.
- Para que todos los ciudadanos tengan un fuerte sentido de responsabilidad cívica y participen activamente para lograr el común bienestar de todos, roguemos al Señor.
- Para que la Iglesia en nuestro país dé testimonio del reino de Dios a todos los países vecinos; para que nuestro país juegue un papel de honor en la familia de las naciones y coopere eficazmente a la paz y unidad del mundo, roguemos al Señor.
Oh Dios, tú amas a los hombres y te preocupas por ellos. Haznos participar de tu cuidado y amor, por medio de tu Hijo que se hizo uno de nosotros, Jesucristo nuestro Señor.
Oración de Ofertorio
Te presentamos este pan y este vino
como signos por los que tu Hijo Jesucristo
vive de nuevo su entrega a nosotros.
Que ellos se conviertan también en signos
de nuestra responsabilidad hacia otros,
para que con tu Hijo estemos dispuestos
a partir el pan de nosotros mismos
y a entregarnos a nuestros hermanos
como una copa refrescante que pasa de mano en mano.
Concédenoslo por medio de Jesucristo nuestro Señor.
Introducción a la Plegaria Eucarística
Con Cristo ofrecemos al Padre el sacrificio que salvó al mundo. De Cristo hemos recibido la misión de continuar su trabajo y de llevar su Buena Nueva de salvación hasta los confines del mundo.
Introducción al Padrenuestro
Con la oración de Jesús
oremos a su Padre y nuestro Padre del cielo,
para que todos busquemos su voluntad y su reino.
R/. Padre nuestro…
Oración por la paz
Tú dijiste a tus apóstoles:
La paz les dejo, mi paz les doy.
No tengas en cuenta nuestros pecados;
sino mira a tantas víctimas de la guerra y la violencia,
y ten compasión de ellas.
Da la paz a todas las naciones,
ten cuenta la fe de tu Iglesia
y da a tu pueblo el don de la paz
y de la unidad de tu reino
donde vives y reinas por los siglos de los siglos.
Invitación a la Comunión
que dio a Dios lo que a Dios pertenece
y que nos salvó por su muerte y resurrección.
Por medio de él podemos vivir nuestra fe, trabajar con amor,
y manifestar constantemente nuestra esperanza.
R/. Señor, no soy digno…
Oración después de la Comunión
Tú estás a punto de enviarnos ahora a nosotros, tu pueblo,
reunido aquí en torno a tu Hijo,
a la ciudad humana para unir fuerzas con todos
y así construir la ciudad de Dios.
Haznos sensibles a las necesidades de los otros y ayúdanos a dar a todos iguales oportunidades en la vida,
a construir comunidades de amistad y amor
y a caldear la tierra con un toque de tu gentileza y bondad.
Hazte presente en nuestro mundo humano
por Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: En esta eucaristía hemos dado alabanza y acción de gracias a Dios, no sólo como pueblo suyo sino en nombre de toda la humanidad, ya que Cristo murió y resucitó de entre los muertos para todos. — Nuestro mundo no es todavía mundo de Dios, las realidades terrenas están todavía mezcladas con injusticia, desigualdad, temor.
Dios nos envía ahora para transformar esta tierra en mundo de Dios.
Que Dios nos dé el valor de llevar a cabo esta misión.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre