Liturgia Viva del XXVII Domingo del Tiempo Ordinario
DOMINGO 27 DEL TIEMPO ORDINARIO – CICLO C
Fe Pequeña como un Grano de Mostaza
Saludo (Ver la Segunda Lectura)
Guarden vivo en ustedes
el amor y la fe en Cristo Jesús.
Que el Espíritu Santo que inhabita en ustedes
les ayude a guardar las riquezas de su fe
y esté siempre con ustedes.
Introducción por el Celebrante
Afirmaciones bonitas sobre nuestra fe pueden impresionar a otros y quizás a nosotros mismos, por un momento, pero no nos cambian. La inspiración para cambiar y convertirnos al evangelio procede de testigos vivientes, que nos inspiran sobre todo por la forma como viven. Con frecuencia los discípulos ni siquiera entendieron a Jesús en su predicación, pero veían lo que hacía, y cómo vivía. Ellos le admiraban, y por eso le pidieron: “¡Señor, aumenta nuestra fe!”. La gente nos considera a nosotros cristianos practicantes, pero el meollo de la cuestión es a ver si de verdad somos creyentes, personas de fe, cercanos a nuestro Señor, que vivimos con coherencia conforme a lo que creemos. Pidamos también nosotros: “¡Señor, aumenta nuestra fe!”.
Acto Penitencial
Con frecuencia nuestra fe es débil.
Pidámosle ahora al Señor que nos perdone.
(Pausa)
Señor Jesús, los discípulos te vieron orar
y te pidieron: “Señor, enséñanos a orar”.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo Jesús, los discípulos te vieron
como a un hombre en íntima unión con el Padre
y te pidieron: “Enséñanos al Padre”.
R/ Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor Jesús, tus discípulos, entonces y ahora,
te vemos buscando en todo la voluntad del Padre,
y te pedimos: “Aumenta, Señor, nuestra fe”.
R/ Señor, ten piedad de nosotros.
Perdónanos, Señor, nuestra fe débil,
y danos una fe que mueva montañas;
una fe firme, profunda, llena de amor.
Y llévanos a la vida eterna.
Oración Colecta
Pidamos al Señor una fe siempre creciente.
(Pausa)
Oh Dios y Padre nuestro:
Te damos gracias por nuestra fe
que de ti hemos recibido
como un don a desarrollar con tu ayuda.
Haz que nuestra fe crezca cada día,
que dé sentido a nuestra vida
y que se exprese en amor y justicia.
Que nos traiga alegría y comprensión
y nos acerque a ti y a los hermanos.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Primera Lectura (Hab 1,2-3; 2,2-4): El Creyente Vivirá
El pueblo de Dios, en medio de sus pruebas, tiene que seguir confiando, ya que su fe le salvará.
Segunda Lectura (2 Tim 1,6-8.13-14): Den Testimonio de su Fe
Debemos guardar la fe que Dios nos ha dado, dar testimonio de ella, y hacerla crecer.
Evangelio (Lc 17,5-19): ¡Si al menos Tuvieran Ustedes Fe!
Jesús quiere que sus discípulos tengan fe absoluta en Dios. Y, sin embargo, incluso una vida llena de fe no nos da derecho a privilegios, ya que la fe es un don de Dios.
.Oración de los Fieles
Oremos, con fe confiada en Dios, por los anhelos y necesidades de nuestro mundo y por el Pueblo de Dios. Y así digamos: R/ Señor, concédenos una fe firme.
- Por una fe fresca y profunda que nos haga a nosotros, Pueblo de Dios, ver todo lo que hacemos a la luz del mensaje y vida de Jesús, roguemos al Señor:
- Por una fe valiente que no tenga miedo de enfrentarse a los males de injusticia y discriminación en nuestro mundo, roguemos al Señor:
- Por una fe misericordiosa y llena de amor que nos haga atentos a los sufrimientos y necesidades de los hambrientos, oprimidos y de los que no tienen ningún privilegio en la vida, roguemos al Señor:
- Por una fe robusta y firme que nos ayude a superar toda duda y vacilación y nos consolide buscando la voluntad y los planes de Dios, aun cuando el costo sea elevado, roguemos al Señor:
- Por una fe humilde que reconozca que la fe misma es un don de Dios, y sea agradecida por el bien que nos hacen nuestros hermanos, roguemos al Señor:
- Por una fe servicial que busque el bien de la comunidad y se esfuerce por unir a los hermanos con fuertes lazos de ayuda y de mutuo compartir, roguemos al Señor:
Oh Dios amoroso, en ti creemos, en ti confiamos, de ti nos fiamos, por Jesucristo nuestro Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios, Padre nuestro:
Creemos firmemente que Jesús, tu Hijo,
va a transformar estos dones sencillos de pan y vino en su cuerpo y en su sangre,
para que así esté con nosotros
con toda su fuerza y amor.
Ayúdanos a creer con todo nuestro ser
que él está también con nosotros en la vida de cada día,
como el Señor de nuestras vidas y como nuestro amigo,
dando sentido a todo lo que hacemos.
Que él haga nuestra fe un modo de vida
que te dé todo honor y alabanza,
ahora y por los siglos de los siglos.
Introducción a la Plegaria Eucarística
Dios está íntimo y cercano a nosotros con todo su amor y gracia en la vida diaria. Él nos ha salvado por medio de su Hijo Jesús. Démosle gracias y alabanza de todo corazón.
Introducción al Padre Nuestro
Oremos con fe y confianza
a Dios nuestro Padre del cielo
y pidámosle que fortalezca nuestra fe
cuando sea probada por el maligno.
R/ Padre nuestro…
Líbranos, Señor
Líbranos, Señor, de todos los males
y concédenos en nuestros días
la paz y la alegría de saber que tú estás siempre con nosotros.
Líbranos de echarte a ti la culpa
cuando sufrimos por el mal que nos infligimos los unos a los otros.
No permitas que nuestros pecados
debiliten la fe de los que nos rodean.
Ayúdanos a animarnos mutuamente
y a prepararnos juntos con esperanza
para la plena venida entre nosotros
de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Invitación a la Comunión
Éste es Jesucristo, el Señor,
Cordero de Dios, que murió por nosotros para darnos vida.
Creemos firmemente que él es nuestro Señor y Salvador
y nuestra única esperanza.
Oración después de la Comunión
Señor, Dios nuestro:
Acepta nuestra acción de gracias por darnos a Jesús
para reavivar y fortalecer nuestra fe.
Danos la certeza de que él está con nosotros
en los afanes y en el calor del día,
y de que, si él camina a nuestro lado,
todo se vuelve posible.
Guarda vivas en nosotros esta fe y esta esperanza
y ayúdanos a dar testimonio de ellas
por medio de aquel que está siempre con nosotros,
Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Esta eucaristía ha sido una ocasión formidable
para fortalecer nuestra fe en la presencia del Señor.
Quizás sea bueno que a veces
nuestra fe se ponga a prueba
a través de dificultades y cuestiones,
para que no nos sintamos
autosuficientes y satisfechos de nosotros mismos.
Que tales ocasiones sean para nosotros
oportunidades para poner nuestra sola confianza
en el amor y providencia de Dios.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.