Oración Colecta
Señor Dios nuestro:
Te remitimos a tu promesa
para con los que han dejado todo
a causa de tu reino
y están dispuestos a seguir a tu Hijo
a dondequiera él les lleve.
Que sean hombres y mujeres
pobres en las cosas que cuentan en esta tierra,
pero ricos con tu amor y tu gracia
y con una riqueza de amigos
a quines intentarán darles como sumo don
a nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
Intenciones
- Para que el Señor abra nuestros ojos para orientarnos a poner nuestros corazones en las cosas importantes: como amor, servicio, generoso compartir, roguemos al Señor.
- Para que los padres y educadores reten a los jóvenes a vivir según los valores del evangelio, roguemos al Señor.
- Para que nosotros acojamos la gracia de Dios cuando se nos ofrece y respondamos con prontitud, aun cuando sea exigente con nosotros, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Oh Dios y Padre nuestro:
Al ver sobre la mesa el pan y vino,
nos acordamos de aquél
que se dio totalmente a los otros,
tu Hijo Jesucristo.
Le despojaron de todo,
excepto de la certeza de que podría contar con nosotros.
Haznos más conscientes de la pobreza
y de la vaciedad de nuestros corazones
y del valor superficial y pasajero
de las cosas materiales y mundanas
a las que nos apegamos.
Convierte nuestros
corazones y fíjalos en las riquezas y personas
que no se devalúan jamás:
tú y nuestro prójimo,
justicia, verdad, solidaridad y generoso amor.
Te lo pedimos en el nombre de Jesús, el Señor.
Oración después de la Comunión
Señor Dios nuestro:
Nos quedamos fácilmente satisfechos de nosotros mismos
y de nuestros pequeños mundos.
Despiértanos, y danos el valor
de caminar con tu Hijo
en esta hermosa aventura de esperanza y amor.
Que nos preguntemos a nosotros mismos
no lo que hemos hecho por ti,
sino qué es lo que no hemos hecho todavía
y lo que aún nos queda por dar.
Por el poder de esta eucaristía
ayúdanos a seguir a tu hijo generosamente.
Concédenos todo eso por el mismo Cristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos:
Podríamos preguntar a Jesús como Pedro: «Y a nosotros qué nos va a tocar?» Sabemos que el Señor nos conoce y nos ama, y que estamos en sus manos. ¡Por eso, no preocuparse!
Que la bendición de Dios todopoderosos, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.