XXII Domingo del Tiempo Ordinario
Marcos 7, 1-8. 14-15. 21-23 Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres.
Lc 4, 38-44. Es necesario que proclame el reino de Dios también a las otras ciudades, pues para esto he sido enviado.