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Falta de cofianza en uno mismo para la grandeza

Falta de cofianza en uno mismo para la grandeza

Todos nosotros tenemos nuestras propias imágenes de grandeza en cuanto éstas atañen a la virtud y santidad. Por ejemplo, pintamos a san Francisco de Asís besando a un leproso; o a Madre Teresa acariciando públicamente a un mendigo agonizante; o a Juan Pablo II de pie ante una multitud de millones de personas a quienes dice cuánto las quiere; o Teresa de Lisieux diciendo a una compañera de comunidad que ha sido deliberadamente cruel con ella, cuánto la ama; o incluso la Verónica, icono de la escena de la pasión, que en medio de todo el temor y la brutalidad del camino de la cruz se abalanza a enjugar el rostro de Jesús.

Fe, duda, noches oscuras y madurez

Fe, duda, noches oscuras y madurez

En uno de sus libros sobre oración contemplativa, Thomas Keating comparte con nosotros una especialidad que usa ocasionalmente en la dirección espiritual. La gente viene a él, compartiendo cómo solían tener un vivo y sólido sentido de Dios en sus vidas, pero ahora se quejan de que toda esa viveza y confianza ha desaparecido y les ha dejado luchando con la fe y luchando por orar como solían hacerlo. Sienten un profundo sentido de pérdida, e invariablemente esta es su pregunta: “¿En qué me he equivocado?”. Keating responde: ¡Dios se ha equivocado contigo!

La comunión de los santos

La comunión de los santos

En un momento dado, casi todo el mundo cree que la muerte no es el final, que existe alguna forma de inmortalidad. Casi toda la gente cree que aquellos que ya han muerto aún existen en algún estado, en alguna modalidad, en algún lugar, en algún cielo o infierno, a pesar de lo que pudiera ser entendido.

Religión, pensamiento secular, y salud y felicidad

Religión, pensamiento secular, y salud y felicidad

No hay nada como la pura objetividad, una visión que está libre de todo prejuicio. Sin embargo esa es la demanda hecha frecuentemente por los pensadores no-religiosos y seculares en debates sobre valores y programas políticos públicos.

Desalojar el ego y el narcisismo

Desalojar el ego y el narcisismo

Los budistas tienen un pequeño axioma que explica de nosotros mismos más de lo que nos gustaría. Dicen que puedes entender la mayor parte de lo que está mal en el mundo y dentro de ti mismo por el hecho de mirar una foto de grupo.

El estigma del suicidio

El estigma del suicidio

Hace  poco leí, sucesivamente, tres libros sobre el suicidio, cada uno escrito por una madre que perdió a uno de sus hijos por suicidio. Los tres libros son fuertes, maduros, no dados a falso sentimiento y dignos de leerse…

La verdadera tragedia del pecado

La verdadera tragedia del pecado

La verdadera tragedia del pecado es que, con frecuencia, aquel contra el que se peca se convierte al fin en pecador, infligiendo a otros lo que primero le infligieron a él. Hay algo perverso en nosotros, por lo cual, cuando pecan contra nosotros, tendemos a absorber el pecado, junto con la enfermedad de la que emanó, y luego combatir para no actuar de esa misma manera enferma.

Reticencia y secreto como virtud

Reticencia y secreto como virtud

En toda gente sana hay una natural reticencia a revelar demasiado de sí misma y una consiguiente necesidad de guardar secretas ciertas cosas. Demasiado frecuentemente juzgamos esto como una insana timidez o -peor- como ocultación de algo malo.

No tomar en serio la verdad

No tomar en serio la verdad

 Puede resultar bastante descorazonador ver las noticias estos días. Nuestro mundo está lleno de odio, intolerancia, racismo y  sobre-estimulada avaricia y ego. La brecha entre ricos y pobres está ampliándose, y el desatino, el sinsentido y la violencia acontecen diariamente. Uno vive con esperanza, pero sin mucho optimismo.

La cercanía de Dios

La cercanía de Dios

Existe hoy un creciente cuerpo de literatura que narra la experiencia de personas que estuvieron clínicamente muertas durante un periodo de tiempo (minutos u horas) y fueron reanimadas médicamente y vueltas a la vida.

Una amenaza a nuestra decencia

Una amenaza a nuestra decencia

Jesús nos dice que al final seremos juzgados sobre cómo tratamos a los pobres en nuestras vidas; pero existe ya ahora, en esta vida, el peligro de no llegar hasta los pobres.