Nuestras fantasías
Una buena parte de nuestras vidas se satisface fantaseando, aunque, ciertamente, pocos de nosotros admitimos eso, e incluso menos de nosotros confesarían los contenidos de esas fantasías. Nos avergüenza admitir cuánto nos evadimos a la fantasía, y nos avergüenza más revelar el contenido de esas fantasías.
Nuestros ojos como ventanas a nuestras almas
Casi todos nosotros nos preocupamos del envejecimiento, especialmente de cómo afecta a nuestros cuerpos. Nos preocupamos por las arrugas, las bolsas de los ojos, la grasa de la edad madura y la pérdida de cabello allí donde queremos tenerlo, o por tenerlo donde no lo queremos.
El lado positivo de la melancolía
Normalmente, a ninguno de nosotros le gusta sentirse triste, pesaroso o deprimido. Generalmente preferimos la luz del sol a la oscuridad, la jovialidad a la melancolía. Por eso, casi siempre hacemos todo lo que podemos para distraernos de la melancolía, para dejar los pesares y la tristeza acorralados. Tendemos a escaparnos de esos sentimientos que hay en nosotros y nos ponen tristes o nos asustan.
Buscando al único Dios en nuestras divisiones por denominación y fe
El camino a la unidad entre los cristianos radica en “cavar un pozo juntos”, esto es, en cada uno de nosotros, con nuestra propia tradición, convirtiéndonos más profundamente en el misterio de Dios y en todo que pide de nosotros. Cuando nos movamos más profundamente en el misterio de Dios, nos encontraremos más y más uno, como hermanos y hermanas en la fe.
La importancia de lo interior y privado
Nunca se nos puede desafiar demasiado fuertemente a comprometernos con la justicia social. Una clave, no negociable, que reclama venir del mismo Jesús es precisamente el desafío a dedicarse a los pobres, los excluidos, a los que la sociedad estima prescindibles.
Entendiendo y valorando nuestras diferencias
Es normal para nosotros ver la gracia y la bendición de Dios en lo que nos une. Sentimos naturalmente la presencia de la gracia en nuestro fundamento, sentimos una fuerte unión moral con otras personas, iglesias y credos. Esto, bíblicamente, es lo que define la familia.
Los ángeles y la ciudad
Hace varios años, Hollywood hizo una película, City of angels, sobre un ángel llamado Seth, cuyo quehacer era acompañar a la vida futura a los espíritus de los recientemente fallecidos. En tal misión, esperando en un hospital, se enamoró de una joven y brillante cirujana.
El desafío del Evangelio a gozar de nuestras vidas
El gozo es un infalible indicio de la presencia de Dios, de igual manera que la cruz es un infalible indicio del discipulado cristiano. ¡Qué paradoja! Y Jesús tiene la culpa. Cuando ojeamos los Evangelios vemos que Jesús sobresaltó a sus contemporáneos de maneras aparentemente opuestas.
Evangelio Seglar para el Domingo de 16 del Tiempo Ordinario (23 de julio de 2017)
Distintos laicos hacen una breve sugerencia para la vida seglar. Cada uno contempla el Evangelio desde una dimensión de la vida laical.
Entender la gracia más profundamente
La señal de la genuina contrición no es una sensación de culpa, sino un sentimiento de dolor, de pesar por haber tomado un giro equivocado; igual que la señal de vivir en gracia no es una sensación de nuestro propio mérito, sino un sentimiento de ser aceptados y amados a pesar de nuestra indignidad. Estamos sanos espiritualmente cuando nuestras vidas están marcadas por la sincera confesión y la sincera alabanza.
Deseo iniciado
A veces, rezando los Salmos, me quedo atrapado mirando un poco incómodamente un espejo que me refleja mi propia aparente falta de honradez. Por ejemplo, rezamos estas palabras en los Salmos: Por la noche mi alma suspira por ti. …Como un ciervo que anhela corrientes de agua, así mi alma suspira por ti, Dios mío. …¡Por ti solo suspiro! ¡De ti solo estoy sediento!