La Angustia y el Dolor… Llevémoslos al Corazón
Hay un espacio en nosotros que no quiere llorar, no quiere sentir nuestro propio mal, no quiere llevar nuestro dolor a un lugar de silencio interior y no quiere depositar nuestras propias heridas en nuestro corazón.
Transformemos el caos interior en un pacífico jardín
Pero nunca arriesgarse a entrar de forma ingenua y sin compañía.
El Reto de Aceptar el Placer sin Sentimiento de Culpa
Muchos de nosotros sufrimos un cierto sentimiento de culpa básica.
Carta Abierta a los Que no Van a la Iglesia
Te echamos de menos, no pasa un solo domingo sin que sintamos tu ausencia.
Por qué ayunar y orar en secreto
Practicados correctamente, irradian salud y bienestar al mundo, no desdén ni desprecio.
Cómo los Ancianos Pueden Ser una Bendición en Nuestra Familia
Hay amor cuando damos, como hay también amor cuando recibimos.
La Audacia con Dios
Hace algunos años, en un taller práctico, una mujer compartió esta historia. Tenía un hijo de seis años de edad, a quien había tratado de instruir concienzudamente en la oración.
Reconsiderando – Las Directrices para un Largo Recorrido
Hace veinticinco años, escribí una columna titulada Directrices para un largo recorrido. Reconsiderándolas recientemente, me sentí reconfortado porque mis principios no han cambiado en el último cuarto de siglo, sólo han adquirido más matices.
Una llamada a defendernos menos
Hoy en día entre muchos de nosotros, los fieles, existe una creciente tendencia a defendernos a nosotros mismos en lugar de arriesgarnos a ser crucificados por el mundo. Tenemos buena intención al hacerlo. Sin embargo, a pesar de esa buena intención, nuestras acciones son opuestas a las de Jesús.
Odres Pétreos y Recipientes más Blandos
Moralismos amargados, no importa cuán válida es la indignación que lo inflama, adopta muchas formas y se reconoce siempre por su falta de calidez y su incapacidad para bendecir a los demás.
Luchando con la secularidad
Como un hijo adulto de Rene Descartes, respiro en la secularidad, un aire muy mezclado, puro y contaminado, y me encuentro dividido entre la esperanza y el miedo, cómodo y, sin embargo, inquieto, defendiendo la secularidad aun cuando yo mismo la crítico.