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El Secreto de una Celda Monacal

El Secreto de una Celda Monacal

Haced con entusiasmo y fidelidad lo que el deber os pide, y eso os va a enseñar lo que necesitáis para saber llegar a Dios.

El Odio y el Evangelio

El Odio y el Evangelio

León Tolstoy dijo una vez: ‘Solo hay un camino para acabar con el mal, y ése es devolver bien por mal’.

O místicos o descreídos

O místicos o descreídos

Karl Rahner afirmó que llegaría un tiempo en el que cada uno de nosotros sería o un místico o un descreído.

26 años ‘En EXILIO’

26 años ‘En EXILIO’

En cada columna he intentado, a mi humilde manera personal, traer de vuelta al hogar a algún desterrado, a algún ‘exiliado’.

Empatía hacia el Mundo

Empatía hacia el Mundo

Hay una historia, más leyenda quizás que hecho real, sobre un alcalde de una gran ciudad americana, al final de los 60. No era tiempo precisamente afortunado para su ciudad: Enfrentaba bancarrota financiera, los índices de criminalidad escalaban en espiral, su sistema de transporte público ya no era seguro por la noche…

Amor Verdadero: Más que Ingenuidad y Romanticismo

Amor Verdadero: Más que Ingenuidad y Romanticismo

Hace unos años, un ministro presbiteriano conocido retó a sus feligreses a abrir, con mayor compromiso, sus puertas y su corazón a los pobres. Los feligreses respondieron inicialmente con entusiasmo…

La Soledad, su Agonía Final en la Muerte

La Soledad, su Agonía Final en la Muerte

Cuando tenía yo 22 años, seminarista todavía, tuve el privilegio de tener una experiencia excepcional de desierto. Estuve yo en el hospital durante varias semanas, sentado con mis hermanos en una habitación de cuidado paliativo, viendo a mi padre morir.

Amor, Fe y Ritual

Amor, Fe y Ritual

No es fácil mantener vivo el amor, al menos con constante fervor emocional. Malentendidos, irritaciones, cansancio, celos, heridas, diferencias temperamentales, falta de aprecio de lo que se tiene, y el simple aburrimiento, minan invariablemente nuestros márgenes emocionales y afectivos y, pronto, el fervor da paso a la rutina, la ranura se convierte en surco y el amor parece que desaparece.

La muerte y la comunión de los santos

La muerte y la comunión de los santos

Cuando éramos niños, como parte de nuestra oración en familia, teníamos la costumbre de orar parar tener una muerte feliz. Yo me lo imaginaba de la siguiente manera: Morías acunado en los brazos tiernos de la familia, de los amigos y de la iglesia, en plena paz con Dios y con todos los que te rodean.