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Entregar la propia muerte

Entregar la propia muerte

Ronald Rolheiser | En el Exilio
Según el renombrado místico Juan de la Cruz, tenemos en la vida tres luchas esenciales: Unir nuestras vidas, entregar nuestras vidas y entregar nuestras muertes. Lo que se nos pide en las dos primeras luchas resulta más obvio. Pero, ¿qué quiere decir entregar nuestras muertes?

La fatiga en tus manos. El trabajo y la familia

La fatiga en tus manos. El trabajo y la familia

Eliana CevallosLa alegría del amor
¿Cuánto impacto tiene el trabajo, la desocupación y la precariedad laboral en la vida familiar? Sin duda, todos sabemos que mucho. Es innegable su influencia en nuestra vida cotidiana. De ello depende nuestra alimentación, vivienda, salud, educación, vestimenta, bienestar material e incluso la confianza en un futuro.

Tiempo ordinario

Tiempo ordinario

Ronald Rolheiser | En el Exilio
En su calendario, la iglesia escoge tiempos especiales para algunas celebraciones: Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua. Pero, fuera de estos tiempos especiales, nos invita a vivir y celebrar el Tiempo ordinario.

El sendero del sufrimiento

El sendero del sufrimiento

Eliana CevallosLa alegría del amor
Continuando con nuestras reflexiones sobre la Exhortación Apostólica del Papa Francisco sobre el amor en la familia, nos encontramos con este sugestivo título. ¿Puede la familia o la pareja convertirse en un sendero de sufrimiento? Evidentemente que sí, pues la familia y la pareja están formadas por personas como usted y yo y por tanto, propensas al sufrimiento

¿Qué es lo que configura a un alma?

¿Qué es lo que configura a un alma?

Ronald Rolheiser | En el Exilio
En un determinado punto de su poema La hoja y la nube, Mary Oliver describe sus sentimientos mientras se halla ante la tumba de sus padres. Está considerando cómo tanto las virtudes como los defectos de sus progenitores influyeron en su vida.

La ilusión de nuestra propia bondad

La ilusión de nuestra propia bondad

Ronald Rolheiser | En el Exilio
Una de las grandes tragedias de toda la literatura es la historia bíblica de Saúl. Saúl es peor que Hamlet. Hamlet, al menos, tenía buenas razones para el desastre que le sobrevino. A Saúl, dados los dones con los que empezó, le debería haber ido mucho mejor.