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La pornografía y lo sagrado

La pornografía y lo sagrado

Los antiguos griegos tenían dioses y diosas para todo, incluso una diosa de la Vergüenza llamada Aidos. La vergüenza, para ellos, significaba mucho más de lo que normalmente significa para nosotros. En su mentalidad, vergüenza suponía modestia, respeto y una cierta reticencia necesaria ante cosas que debían permanecer privadas y ocultas.

Suicidio y melancolía

Suicidio y melancolía

Ya no entendemos la melancolía. Hoy agrupamos juntas todas formas de melancolía en un solo  manojo indiscriminado y lo llamamos “depresión”. Mientras los psiquiatras, los psicólogos y la profesión médica están haciendo mucho bien en favor del tratamiento de la depresión, algo importante se está perdiendo al mismo tiempo.

Dejar el falso temor

Dejar el falso temor

Recientemente, en una entrevista de radio, me preguntaron: “Si Vd. estuviera en el lecho de muerte, ¿qué querría dejar tras de sí como sus últimas palabras?” La pregunta me pilló momentáneamente de sorpresa. ¿Qué querría dejar yo como mis últimas palabras?

Un santo para nuestro tiempo

Un santo para nuestro tiempo

Hoy, ser meramente santo no es suficiente; debemos tener una santidad requerida por el momento presente. Simone Weil escribió eso, y tiene razón. Necesitamos santos requeridos por el momento presente…

Los ojos del amor

Los ojos del amor

Imaginaos a una pareja joven intoxicada mutuamente en las primeras etapas del amor. Imaginaos a un neófito  religioso enamorado de Dios, orando en éxtasis. Imaginaos a un joven idealista trabajando incansablemente con los  pobres, inflamado y sediento de justicia. ¿Está en realidad enamorada esta joven pareja? ¿Se encuentra de hecho  enamorado de Dios ese neófito religioso? ¿Está verdaderamente enamorado de los pobres este joven activista  social?  Cuestión nada fácil.

Nuestro corazón es más fuerte que nuestras heridas

Nuestro corazón es más fuerte que nuestras heridas

Diez años antes de su muerte, acaecida en 1996, Henri Nouwen estuvo aquejado de una depresión que casi lo hizo trizas. Durante el tratamiento, escribió un libro muy valiente, La voz interior del amor, en el que comunicó humilde e ingenuamente sus luchas y los esfuerzos que le llevó superarlas.