Espacio de sequedad
Dios va haciendo su obra sin contar, aparentemente, con nosotros. Hay que hay que ‘saber’ entender y aceptar con paciencia.
Palabra de María (I)
Sería una suerte pasar un rato con María y hacer todas esas preguntas que uno siempre ha tenido en la cabeza y que nunca se ha atrevido a preguntar. Y escuchar las respuestas de sus labios con calma…
Espacio de sequedad
En la medida en que uno encuentra su pobreza, nace el vacío y también la experiencia, aparentemente contradictoria de «entender a Dios justo cuando uno experimenta que no entiende nada»; que todo se le escapa.
El libro de la Alianza (comentario a la exhortación apostólica “Verbum Domini”)
“Un cambio concreto de paradigma en la relación de la Iglesia con la Palabra en la actitud de escucha orante” (Verbum Domini, 28). ¿Qué implica un cambio concreto de paradigma en la actitud de escucha orante desde la perspectiva de la Palabra, del Libro sagrado?
Un minuto de oración ‘viva’ (I)
La postura quieta y sostenida, puede parecer la metáfora de un fósil, pero es un ‘estado de espíritu’ y, en el caso del orante, una manera de enamoramiento, como relata el Cantar de los cantares, que, aunque lo aplica al amado, es también la actitud de la amada.
Siéntate y no hagas nada
La mente no sabe ‘estar’ ante un acontecimiento que no ve, ni toca, ni controla; ante un acontecimiento en el que el cuerpo no responde; la mente se revuelve inquieta, siempre a la expectativa y a la espera de resultados inmediatos.
Háblale a Dios, conversa con Él
A veces, el orante necesita ‘hablar’, dialogar, desahogarse. Dejar que el corazón se le derrame ante Dios (Lm 2,19; Sal 60,9; 1S 1,15; Éx 33,11). Háblele con franqueza, con sencillez, sin artificio; o rece algo que le guste; o recite un salmo; o exprese los afectos que surjan de su corazón.
El orante se expresa (II)
Ignacio de Loyola aconseja crear ‘gestos’; en el fondo, ‘modelos mentales y emocionales, al mismo tiempo que corporales’, en los que trata de enseñar a verter la propia relación de amor…
Palabra de María (V)
Si de la vida de María sabemos pocas cosas, menos sabemos de la de San José. Por eso quisiera dejar volar la imaginación y meter, como si fuéramos periodistas, cámara y micrófonos, en algún rinconcito de aquel taller de Nazaret. Reconstruyamos la escena, que bien pudiera ser de un día 19 de marzo.
Las Siete Palabras de María
Celebración para la Vigilia de la Inmaculada. Oramos juntos, contemplando a la llena de gracia y madre nuestra
Palabra de María (IV)
Aunque nos gustaría saber más cosas del Jesús que fue niño, lo que hacía, cómo aprendía, damos un salto en el tiempo para pasar a conocer detalles sobre cómo vivió María el ministerio (y el misterio) de su hijo. Nos paramos en dos escenas: las bodas de Caná y cuando su madre y sus hermanos fueron a hablar con Jesús.