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MADRE DEL “SHABAT”

MADRE DEL “SHABAT”

María fue una mujer judía del siglo I. No se me parece a las personas aceleradas de hoy. La imagino trabajando, sí, pero también disfrutando semanalmente del “shabat”, del día de descanso, como buena judía.

SE LLAMABA MARÍA (Lc 1, 27)

SE LLAMABA MARÍA (Lc 1, 27)

Casi todo lo que sabemos de Ella es su nombre: se llamaba María. Parece un nombre como otro cualquiera y, sin embargo, todo él es como un resplandor. María -estas vocales anchas, abiertas, ilimitadas- se parece un poco al mar. Vibra en ellas toda una inmensidad. El...

DESPOSADA CON JOSÉ (Lc 1, 27)

DESPOSADA CON JOSÉ (Lc 1, 27)

Desde que José, según la orden del ángel, tomó consigo a María su esposa, su vida está marcada por una profunda comunión esponsal. Juntos afrontan las molestias ocasionadas por el censo decretado por César Augusto. Juntos en el gozo y en la pobreza viven el...

SALVE, LLENA DE GRACIA (Lc. 1, 28)

SALVE, LLENA DE GRACIA (Lc. 1, 28)

En la vida de los hombres -se ha escrito- hay un secreto. La mayoría muere sin llegar a descubrirlo. Los cristianos lo sabemos pero no llega a estremecernos. Pero si nos percatáramos de lo que significa que Dios nos ama y que para El todos somos importantes... María...

EL SEÑOR ESTA CONTIGO (Lc 1, 28)

EL SEÑOR ESTA CONTIGO (Lc 1, 28)

En la vida nos damos cuenta pronto de que necesitamos estar con alguien. Siempre, por otra parte, a nuestra vera hemos sentido la presencia de personas que han acompañado y cobijado nuestro corazón. ¿Cómo no recordar en estos momentos a nuestros padres, los hermanos,...

HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR (Lc 1, 38)

HE AQUÍ LA ESCLAVA DEL SEÑOR (Lc 1, 38)

Un esclavo es un hombre despreciable. Sólo si se es esclavo o esclava del Señor puede una persona ser honorable. Porque servir a Dios es reinar. Un esclavo del Señor es un adorador de Dios, un exacto cumplidor de su voluntad, uno que acepta una misión de parte del...

5. Os dejo mi Espíritu

5. Os dejo mi Espíritu

¿Eres feliz? Ya sé que aspiras a serlo, que quieres vivir en plenitud. Es nuestro Padre quien ha puesto en tu corazón ese deseo. Eres un anhelo que no se va a colmar con todas las riquezas del mundo. Tu sed más honda, más viva, más ardiente es sed de Dios, y sólo se saciará con él. ¿Sabes que te he enviado a mi Espíritu, el mismo Espíritu del Padre, para que colme ese deseo?

6. Ahí tienes a tu madre

6. Ahí tienes a tu madre

Hoy te presento a mi Madre. Te la di con el mayor cariño en el momento cumbre de mi vida terrena. Ella te estaba gestando en el dolor al pie de la cruz y a mí no me faltaba más que poner el sello de reconocimiento público a esa misteriosa maternidad. María es madre mía y madre tuya, porque tú y yo somos hermanos.

7. Convertíos

7. Convertíos

¿Cuántas veces has pensado que debías cambiar? Sé que hay algunas cosas (¿o muchas?) de ti mismo/a que no te gustan. En ocasiones te he visto preocupado/a por tu aspecto físico, por algunos defectos de tu carácter, e incluso por tu fe.

8. Amaos como yo os amo

8. Amaos como yo os amo

Yo sé que tienes muchos sueños. Sé que estos sueños han ido cambiando ¡con el paso del tiempo. No sueñas lo mismo ahora que cuando tenías siete doce años. Pero sé también que, por encima de todo, lo que más deseas es que alguien te quiera y que te quiera para siempre. En la vida has experimentado un poco de todo, pero quizá han abundado más las personas que te han querido que las que te han hecho daño. Esto te ha permitido vivir y llegar hasta hoy.

9. No temais

9. No temais

He visto muchas veces el rictus de tu cara cuando oyes las noticias por la radio o la televisión. Es como si hubieras llegado al límite de tu resistencia: catástrofes naturales, accidentes, atentados terroristas, guerras de diversa intensidad… Cuando miras cerca de ti, el panorama tampoco es muy amable.