Tiempos fuertes

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Conversión (I Miércoles de Cuaresma)

Conversión (I Miércoles de Cuaresma)

Si hay una llamada de la Iglesia en Cuaresma a través de los pasajes bíblicos seleccionados para la Liturgia de la Palabra de cada día, es, sin duda,  la invitación permanente a convertirnos.

La oración (I Martes de Cuaresma)

La oración (I Martes de Cuaresma)

En el pórtico de la Cuaresma, las lecturas nos llamaban al ayuno, a la limosna y a la oración. Hoy se nos instruye de manera especial en la oración cristiana que, como dice Jesús en el Evangelio, no consiste en dar gritos ni en hacer aspavientos, sino todo lo contrario.

Pacto-Alianza (Primer Domingo de Cuaresma)

Pacto-Alianza (Primer Domingo de Cuaresma)

Desde el primer domingo de Cuaresma, las lecturas nos ofrecen la perspectiva de la Pascua. Gracias a quien será levantado en alto, vendrá sobre la tierra la Alianza definitiva, no solo la que selló Dios con Noé -“Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes.

Los mandamientos (I Lunes de Cuaresma)

Los mandamientos (I Lunes de Cuaresma)

Si quieres avanzar por el camino del Señor sin caer en el error del subjetivismo, y acertar siempre con la dirección adecuada, deberás tener en cuenta lo que Dios reveló a Moisés y que es precisamente la vocación de todos a la santidad: “El Señor habló a Moisés: -«Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles: "Seréis santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo” (Lev 19, 1-2).

Respuesta generosa (Sábado de Ceniza)

Respuesta generosa (Sábado de Ceniza)

Acabamos de iniciar el tiempo de Cuaresma. En los primeros días, la Liturgia de la Palabra está desplegando el mapa de nuestro recorrido. Nos anticipa las actitudes que nos conviene mantener en la travesía y el equipaje necesario para el camino.

Amor y penitencia (Viernes de ceniza)

Amor y penitencia (Viernes de ceniza)

En Cuaresma, se nos invita a la penitencia y los viernes de manera especial. Sin embargo, no se puede perder de vista el sentido cristiano de la ascesis, que no es otro que el deseo de compadecer con Cristo y con quienes sufren hoy los rigores de la Pasión del Señor.

La Misericordia (5 de diciembre)

La Misericordia (5 de diciembre)

Acabamos de clausurar las celebraciones del Año Santo Jubilar de la Misericordia. El Adviento nos invita, de nuevo, a la acogida del mayor signo de misericordia divina. “Por la entrañable misericordia de nuestro Dios nos visitará el Sol que nace de lo alto”.

El Tocón (4 de diciembre)

El Tocón (4 de diciembre)

Quizá la razón del adorno de un abeto o de un pino con luces y espumillón, que poco a poco se impone en el tiempo de Adviento y Navidad, sea el deseo de producir un clima festivo y  hogareño, cálido, sin un sentido explícito religioso.

La Luz (3 de diciembre)

La Luz (3 de diciembre)

Si hay un símbolo que va tomando protagonismo en el Adviento es la luz. La llamada corona de Adviento, los adornos navideños, el árbol de Navidad engalanado con luces de colores, marcan el tiempo de la espera de la Nochebuena.

Con anhelo de esposa y de madre:¡Adviento!

Con anhelo de esposa y de madre:¡Adviento!

 Llega un nuevo Adviento. La Iglesia -¡miles de comunidades esparcidas por todo el mundo!- nuestra iglesia globalizada y localizada, se siente esposa, se siente madre. Aparecen en ella las señales de una impaciente espera. Aguarda. Vela. Se muestra inquieta.

Galilea (2 de diciembre)

Galilea (2 de diciembre)

 Hoy celebramos la fiesta de san Andrés, hermano de Simón Pedro, motivo para acercarnos, al atardecer, al Lago de Galilea, cuando los pescadores se disponen a faenar, a la hora de la brisa, como cuando el Creador bajó al jardín y llamó a Adán: “¿Dónde estás?