Lunes Santo. Oraciones para Semana Santa
Tu cruz adoramos, Señor, y veneramos tu pasión gloriosa. Ten piedad de nosotros, tú que has muerto por nosotros.
Domingo de Ramos
Hemos alcanzado el final de la cuarentena. Nos parece mentira. El proyecto parecía difícil, y sin embargo, una vez más, se cumple la Palabra del Señor. Él da el maná, la fuerza, la luz, la capacidad para cada día.
Domingo de Ramos. Oraciones para Semana Santa.
Ábrenos de par en par la puerta de tu costado, para que el río de la Vida nos arrastre y nos devuelva al regazo de Dios, y en Él encontremos el descanso.
Sábado quinto de cuarema
Estamos a punto de alcanzar el final de la cuarentena cuaresmal. Como si estuviéramos a las puertas de entrar en la Tierra de la Promesa, Ezequiel adelanta proféticamente la meta del camino, la celebración de la alianza de Dios con su pueblo. “Haré con ellos una alianza de paz, alianza eterna pactaré con ellos”.
Viernes quinto de cuaresma
En este día, no olvidamos la advocación de la Virgen de los Dolores. Ella es la mujer fuerte. Si Susana, los jóvenes de Babilonia y Jeremías no se arredraron frente a quienes los perseguían, la madre de Jesús acompañará a su Hijo hasta el pie del madero, sabiendo también de quién se ha fiado.
Jueves quinto de cuaresma
La fiesta de la Solemnidad de la Anunciación y Encarnación que celebramos hoy tiene la mayor importancia dentro del calendario litúrgico, y en la Historia de la Salvación. Merece contemplar el Misterio en el que se funda nuestra fe, no apartar los ojos de la mujer que concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrá por nombre Emmanuel.
I Miércoles de Adviento: (Is 25, 6-10a; Sal 22; Mt 15, 29-37)
La Eucaristía es el banquete que sacia; no seamos como los invitados que rehúsan acudir a la fiesta. Las fiestas de Navidad, en resonancia con esta profecía, se celebran con abundancia de manjares y bebidas. Sería una paradoja que intentáramos saciarnos con alimentos materiales y no comiéramos del manjar mejor.
I Lunes de Adviento (Is 4, 2-6; Sal 121; Mt 8, 5-11)
Si gustas tu pertenencia a la Iglesia, si te sientes parte de ese resto que ha puesto su confianza en el Señor, y crees en la fuerza de la súplica, si no te avergüenzas de tu identidad cristiana, escucha la Palabra que hoy te dirige la liturgia.
I Martes de Adviento: (Is 11, 1-10; Sal 71; Lc 10, 21-24)
Has sido agraciado con la noticia más transformadora, la que te anuncia que Dios envía a su Hijo para salvación de la humanidad entera, por la acción del Espíritu Santo.
Esperar y Vigilar
Adviento significa Venida, Llegada. Durante este tiempo litúrgico las Iglesias cristianas se preparan para conmemorar, con el corazón y el espíritu preparado, hacer presente y celebrar con inmensa alegría el nacimiento de Jesús. Dos de las características principales de este tiempo que debemos potenciar son la esperanza y la vigilia.
Bienaventuranzas del Espíritu Santo
Presentación realizada por Asun Gutierrez para la fiesta de Pentecostés en base a un texto de Miguel Ángel Mesa.