
Jueves de la tercera semana de Adviento
En las etapas preparatorias de la Navidad, la Liturgia tiene un proceso ascendente.

Miércoles de la tercera semana de Adviento
Jesús es el Mesías, el anunciado por los profetas, el Señor, y lo acredita con las obras que hace.

Martes de la tercera semana de Adviento
La auténtica alegría no se obtiene con fórmulas externas, sino con las actitudes del corazón.

Lunes de la tercera semana de Adviento
Dios se esconde para que lo busques. Él hiere y venda la herida. A algunos se les revela en el límite del abismo. En todo caso, Dios no deja de amarte.

Domingo tercero de Adviento
Vivimos un momento especial en el que la solidaridad es urgente ante el paro y la necesidad de comer.

Sábado de la segunda semana de Adviento
El que viene es príncipe de la paz, y tiene poder para reconciliar todas las cosas.
En pleno día
Los orantes, a esta hora interrumpen sus tareas, dan tregua a la fatiga, rezan con los salmos, se unen a toda la Iglesia en oración y reconocen al Señor, dueño del tiempo y de la historia.
A media mañana
El que cree no vive hora vacía, huérfana de la presencia divina, pero a su vez sabe apoyarse en la sacramentalidad que le ofrece cada hora en referencia a la vida de Jesús, el Maestro.
La noche
Podría parecer una contradicción que en Pascua, fiesta de la luz, del día sin ocaso, del dominio de la vida sobre la muerte, de Cristo resucitado, evoquemos la noche como icono pascual.
Al alba
En los relatos pascuales, una hora privilegiada es el amanecer, Muchos cristianos a esta hora rezan los Laudes, oración de la mañana, y con toda la Iglesia hacen especial memoria de dos momentos principales de la Historia de Salvación, la creación y la resurrección.
Los testigos
Para que algo pueda ser demostrado como verdadero debe contar con la declaración de, al menos, dos testigos. Si recordamos los pasajes evangélicos que dan noticia de la resurrección de Jesús, comprobamos que en muchos de ellos aparecen dos o más testigos.