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El beso de Dios en el alma

El beso de Dios en el alma

¿Cuál es la verdadera raíz de la soledad humana? ¿Un defecto en nuestro modo de ser? ¿La insuficiencia y el pecado? ¿O dice todo la famosa frase de san Agustín: Nos has hecho para ti, Señor, y nuestros corazones están inquietos hasta que descansen en ti?

Inclinar y levantar nuestras cabezas

Inclinar y levantar nuestras cabezas

Al final de cada liturgia católica romana, se invita al pueblo a recibir una bendición. Esa invitación es expresada con estas palabras: Inclinad vuestras cabezas e implorad la bendición de Dios. La idea existente tras eso, obviamente, es que una bendición sólo puede serrecibida verdaderamente en reverencia, en humildad, con la cabeza inclinada, y con el orgullo y la arrogancia subyugados y silenciosos.

Siempre yendo delante de nuestras almas

Siempre yendo delante de nuestras almas

En su libro El Dios Instinct, Tom Stella cuenta esta historia: Unos hombres que se ganaban la vida como mozos de servicio fueron alquilados un día para portar un gran cargamento de materiales para un grupo en un safari. Sus cargamentos eran inusitadamente pesados, y la incursión a través de la jungla se realizaba por un escabroso sendero.

Sólo en el silencio

Sólo en el silencio

La escritora espiritual belga, Bieke Vandekerckhove, aprendió lo que sabe honestamente. No aprendió de un libro o de el buen ejemplo de otros. Sino que aprendió  a través del crisol de un sufrimiento único, al ser golpeada a la tierna edad de 19 años con una enfermedad terminal que vaticinaba no solo una muerte prematura sino también la completa quiebra y humillación de su cuerpo camino de la muerte.

El significado de la Navidad. Conectando los puntos entre el pesebre y la cruz

El significado de la Navidad. Conectando los puntos entre el pesebre y la cruz

 Las historias que nos ofrece el Evangelio sobre el nacimiento de Jesús no son una simple repetición de los hechos que tuvieron lugar entonces en el establo de Belén. En sus comentarios sobre el nacimiento de Jesús, el renombrado erudito escriturista Raymond Brown destaca que estas narraciones fueron escritas mucho después de que Jesús ya había sido crucificado y había resucitado de entre los muertos, y que están influidas por lo que significan su muerte y resurrección.

El sexo y nuestra cultura

El sexo y nuestra cultura

Sospecho que nunca una generación en la historia ha experimentado tanto cambio como el que nosotros hemos experimentado en los últimos sesenta años. Ese cambio es no sólo en las áreas de la ciencia, la tecnología, la medicina, los viajes y las comunicaciones; es sobre todo en el área de nuestra infraestructura social, de nuestros comunales códigos de valores.

La lucha humana con la energía sexual

La lucha humana con la energía sexual

 La iglesia ha luchado siempre con el sexo, pero lo mismo han hecho los demás. No hay culturas, religiosas o seculares, pre-modernas o modernas, pos-modernas o pos-religiosas, que expongan una característica sexual verdaderamente sana. 

El verdadero desafío en creatividad

El verdadero desafío en creatividad

 Hay tres clases de actores: Los primeros, mientras están cantando una canción o interpretando una danza, se hacen el amor a sí mismos. Los segundos, mientras están realizando la representación, hacen el amor a la audiencia. Los terceros, mientras están en el escenario, hacen el amor a la canción, a la danza, al drama mismo.

Moneda religiosa

Moneda religiosa

Nadie -sea individuo o institución- controla el acceso a Dios. Jesús lo deja bien claro. Dios actúa a través de la Iglesia y sus ministros. Pero esto sí niega toda legitimidad para exigir que la Iglesia y aquellos que ejercen el ministerio en su nombre controlen el acceso a Dios.

Nuestra pagana resistencia al otro mundo

Nuestra pagana resistencia al otro mundo

A veces, mientras estoy presidiendo la Eucaristía o predicando, escaneo los rostros de los asistentes que tengo delante. ¿Qué es lo que revelan? Unos pocos están ansiosos, atentos, centrados en lo que está sucediendo, pero un buen número de caras, particularmente entre los jóvenes, hablan de aburrimiento, de pequeño deber y de una resignación que dice: “Ahora tengo que estar en la iglesia, aunque ojalá estuviera en otro lugar”.

Nuestra lucha por la empatía y la generatividad

Nuestra lucha por la empatía y la generatividad

En nuestra vida normal de cada día, estamos invariablemente tan preocupados por nosotros que nos es difícil ajustar a otros la misma realidad y valor que nos damos a nosotros mismos. En resumen, nos es difícil vivir en verdadera empatía, porque estamos consumidos para siempre por nuestros pesares y dolores.