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No Hay Sitio en la Posada

No Hay Sitio en la Posada

En la historia de Navidad, hemos vilipendiado y satanizado al dueño de la posada, que rechazó a María y a José, sin dejarles otra opción que cobijarse en un establo y la lección que sacábamos de esto era la necesidad de una mayor hospitalidad en nuestra vida.

El Anhelo, el Deseo y el Rostro de Dios

El Anhelo, el Deseo y el Rostro de Dios

Somos seres humanos, no ángeles, y la naturaleza y el instinto conspiran para que fijemos nuestra mirada y nuestro deseo en esta tierra. Lo que nuestros corazones anhelan intensamente son de hecho las personas y cosas de este mundo.

Alumbramiento Virgen

Alumbramiento Virgen

 
¿Por qué preservar el seno de una virgen para el nacimiento del Mesías? ¿Por qué esa obsesión con la pureza en la tradición cristiana? 

Resolviendo Problemas:  Pérdida, Dolor y Obsesiones

Resolviendo Problemas: Pérdida, Dolor y Obsesiones

A veces, durante un tiempo, el sufrimiento por la pérdida es tan profundo y obsesivo que no hay clínica sicológica, ni terapia, ni palabra religiosa de consuelo, que puedan hacer mucho por nosotros.

Ateísmo y Creencia

Ateísmo y Creencia

Podemos conocer a Dios, pero nunca imaginarlo o encapsularlo en un pensamiento. ¿Por qué no? ¿Por qué nunca podemos formar un retrato de Dios o hablar de Dios de forma adecuada?.

En Busca de un Confesor

En Busca de un Confesor

Más que cualquier otra cosa, lo que quizás estamos buscando de modo inconsciente es un confesor, alguien a quien podamos abrir nuestros corazones, serle completamente transparentes, contarle nuestra confusión interior y admitir libremente nuestros pecados.

Viendo la Resurrección

Viendo la Resurrección

Dios nunca domina, nunca abruma, nunca tuerce el brazo de nadie, nunca empuja tu rostro contra algo como para quitarte tu libertad. Dios respeta nuestra libertad y nunca resulta para el hombre una fuerza coercitiva.

Un Drama del Corazón

Un Drama del Corazón

Lo que los evangelios y Jesús subrayan es su soledad moral, el hecho de que él se sentía solo, traicionado, humillado.

Nuestra Lucha en la Fe

Nuestra Lucha en la Fe

Para creer realmente que Dios nos ama incondicionalmente, primero tenemos que matar unos cuantos ‘cananeos’.

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