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Reaccionando a las críticas

Reaccionando a las críticas

Ronald Rolheiser | En el Exilio
En buena parte de nuestro mundo secularizado actual, vivimos en un clima algo anticristiano y antieclesial (a pesar de lo contradictorio que esto pueda sonar en una cultura que aún se considera  cristiana). Pero la verdad es que, en muchos círculos, hoy está de moda atacar al Cristianismo..

De inocencia, pureza y castidad

De inocencia, pureza y castidad

En el rito del bautismo cristiano, existe un pequeño ritual que es al mismo tiempo enternecedor e irreal. En un momento del rito bautismal, el niño es envuelto en una vestidura blanca para simbolizar inocencia y pureza. El sacerdote o ministro oficiante dice estas palabras: “Recibe esta vestidura bautismal y consérvala sin mancha hasta el tribunal de nuestro Señor Jesucristo”.

Ortodoxia generosa

Ortodoxia generosa

Existe un dicho atribuido a Atila el Huno, caudillo del siglo V, infame por su crueldad,  que reza de este modo: Para que yo sea feliz, no sólo importa tener éxito; importa también que todos los demás fallen. Sospecho que Atila el Huno no fue el autor de ese dicho; pero no importa, eso nos da una lección. 

¿Qué es en realidad la desesperación?

¿Qué es en realidad la desesperación?

En el musical Los Miserables, hay una canción particularmente obsesionante cantada por una mujer moribunda (Fantine), que ha sido maltratada por casi todas injusticias con que la vida puede golpear a una persona.

Luchando por dar a luz a la esperanza

Luchando por dar a luz a la esperanza

Después de que Jesús resucitó de entre los muertos, sus primeras apariciones fueron a mujeres. ¿Por qué? Una razón obvia podría ser que fueron mujeres las que le siguieron hasta su muerte el Viernes Santo, mientras los hombres lo abandonaron masivamente.

Luz de Pascua

Luz de Pascua

La tierra se oscureció dos veces. Una, en la creación original, antes de que Dios crease la luz por primera vez. Pero después hubo una oscuridad aún más profunda, el Viernes Santo, entre la hora sexta y la nona, cuando estábamos crucificando a Dios y mientras Jesús, muriendo en la cruz, exclamaba: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”

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