Tras la purificación y en estrecha conexión con ella, la Alianza pasa por la prueba de la “puerta estrecha” (Mt 7, 13-14). Es la fase del combate espiritual, del cargar con la cruz de Jesús y seguirlo y acompañarlo en sus tentaciones (Lc 22,28).

Tras la purificación y en estrecha conexión con ella, la Alianza pasa por la prueba de la “puerta estrecha” (Mt 7, 13-14). Es la fase del combate espiritual, del cargar con la cruz de Jesús y seguirlo y acompañarlo en sus tentaciones (Lc 22,28).
La iluminación -primera etapa de la espiral de la Alianza- requiere una respuesta. Pero ésta no es fácil si un lento aprendizaje: aprender a vivir “con Dios”, habituarse a estar con Jesús y seguirlo en el camino y a ser dirigido por las mociones del Espíritu. Éste es el momento de la ascesis (tanto activa como pasiva) y el momento en el que el Espíritu se derrama con sus dones espléndidos: ciencia y consejo.
El prefecto apostólico de Battambang (Camboya), monseñor Kike Figaredo, es el misionero seleccionado para mostrar la labor de los misioneros en el vídeo institucional del Domund, que se celebrará el próximo 20 de octubre.
Nuestra vida está marcada por una curva vital que todos compartimos: concepción, nacimiento, infancia, adolescencia, juventud, adultez, ancianidad, muerte. ¿Ocurre algo parecido con la vida espiritual?
El Evangelio del domingo trata de la oración de petición. En una situación de shock colectivo por el accidente de tren de Santiago (pero se podrían añadir muchas otras tragedias, que quienes las viven y padecen no pueden verlas como "menores", por ejemplo la muerte de los tres alpinistas en el Karakorum), hay palabras del Evangelio de hoy que pueden sonar a sarcasmo.
Papa Francisco nos está invitando cada día a identificarnos con la visión de Jesús. Es admirable constatar cómo de cada lectura evangélica extrae interpelaciones que tienen siempre que ver con la implantación de la justicia tanto en la comunidad cristiana, como en la sociedad.
Te veo como un peregrino avanzando paso a paso hacia el encuentro del Dios vivo.
Lees, reflexionas, escribes. Te unes a quienes cultivan el sueño romántico de suplantar a Dios. Y topas con él.
‘Quien se encuentra con Jesús cara a cara no tiene otra salida que ponerse a su servicio’.
Te describieron como «una casa enorme y muy cómoda, con grandes ventanas que dejaban entrar la luz del día».
Querido Mahatma, eras hindú a tu manera. Y también cristiano a tu manera.