La vida cotidiana se distribuye entre el tiempo de trabajo y el tiempo de ocio. Aquel representa la obligación; éste la liberación. ¿Pero es así realmente? ¿No se está convirtiendo el ocio en una prolongación del trabajo?

La vida cotidiana se distribuye entre el tiempo de trabajo y el tiempo de ocio. Aquel representa la obligación; éste la liberación. ¿Pero es así realmente? ¿No se está convirtiendo el ocio en una prolongación del trabajo?
Estamos en la misma tarea. Tenemos el mismo objetivo. Participamos del mismo estilo de vida.
La permanente situación de cambio, en que se halla el mundo actual, se expresa en cambios profundos, acelerados y universales (cf GS 4-9), que suponen una verdadera transformación social y cultural, y que afectan grandemente a la vida religiosa, y que han de tenerse muy en cuenta en todo el proceso de su renovación-adaptación.
En un hogar cristiano siempre debería haber motivos para la celebración. Lo importante es reunirse para celebrar, junto a Dios, la vida familiar.
Desde la impotencia ante lo que veo y oigo, silencio la palabra y permanezco en oración.
Un sacramento es un signo, es una experiencia que se recuerda, una presencia que se celebra.
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