No es posible hablar de la primera gran difusión del evangelio sin prestar atención a Pablo de Tarso.

No es posible hablar de la primera gran difusión del evangelio sin prestar atención a Pablo de Tarso.
El mundo entonces estaba igual de al revés que ahora, sólo cambiaba la dirección, había que huir del norte al sur.
Hazme ser en el corazón de la noche y en la noche del corazón de tantos hermanos, signo luminoso de esperanza.
María pertenece al pueblo de Israel. Dios había inaugurado un coloquio con este pueblo en la persona de Abraham.
Déjanos escucharte, Señor, escucharte y alimentarnos de ti hasta identificarnos silenciosamente contigo.
Jesús había decidido que era necesario hacer algo con todos aquellos que viven en una situación de desesperanza.
«María es toda relativa a Dios, y yo la llamaré la relación de que no existe sino en referencia a Dios». Así se expresaba san Luis María Grignion de Montfort en su Tratado de la verdadera devoción a María. Reflexionemos sobre esta relación.
Se dan casos de personas que se declaran cristianas, pero que se muestran indiferentes respecto a María.
Tengo la impresión de que es la vida la que pasa por mí y no yo quien pasa por la vida.
Hay un camino que va de los ojos de Dios a los ojos de los hombres. María es quien lo abre para que él pase a nuestro lado.
Había abandonado todos sus títulos para cantar libremente el amanecer de la nueva creación.