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Tiempos fuertes

Undécima Estación. Jesús es clavado en la Cruz

Undécima Estación. Jesús es clavado en la Cruz

Jesús, ¿era necesario que llegaras hasta aquí? “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos”. La Cruz nos revela que Dios. en vez de aconsejarnos cómo soportar nuestro dolor, se ha convertido en nuestro propio sufrimiento. Toda cruz es sacramento de la Redención.

Novena Estación: Jesús cae por tercera vez

Novena Estación: Jesús cae por tercera vez

Jesús, ¿por qué aguantas tanto? Tres veces fue tentado y las tres veces venció. Tres veces fue negado, y tres veces confesó al discípulo el amor. Nunca dejará Jesús de ofrecernos su mano, pues Él sabe de qué barro hemos sido hechos. Siempre nos dará la fuerza suficiente para levantarnos.

Séptima Estación: Jesús cae por segunda vez

Séptima Estación: Jesús cae por segunda vez

Jesús, ¿es necesario tanto abajamiento? Se rebajó de su rango, y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Nunca la caída debiera ser razón para permanecer en el suelo si el Maestro nos enseña a levantarnos siempre.

Sexta Estación: La verónica limpia el rostro a Jesús

Sexta Estación: La verónica limpia el rostro a Jesús

Jesús, ¿me dejarás aliviar tu sudor en el camino de la Cruz? “Lo que hagas a uno de estos mis pequeños conmigo lo hiciste”. Se nos ha constituido samaritanos, manos solidarias, vasos de agua y pan partido para quienes sufren necesidad. Se nos ha constituido mediación de la misericordia de Dios para cuantos sienten desolación y lloran.

Octava Estación: Jesús se dirige a las mujeres de Jerusalén

Octava Estación: Jesús se dirige a las mujeres de Jerusalén

Jesús, ¿por qué te detuviste a hablar a las mujeres, en el penoso camino de la Cruz? Así lo hice con la samaritana, con la cananea, con la sirofenicia, con la viuda de Naím, con la pecadora, con Marta y María, con María Magdalena, con la adúltera, y con mi Madre.

Quinta Estación: Obligan a Simón a llevar la cruz

Quinta Estación: Obligan a Simón a llevar la cruz

Jesús, si todo lo puedes, ¿por qué necesitas la ayuda de otro para llevar a término la obra que te ha encomendado tu Padre? “Y llamó a los que Él quiso para que estuvieran con Él y para mandarlos a predicar”. Y sigue hoy siendo posible ayudar a Jesús a llevar la cruz, sobre todo cuando ponemos nuestras manos en el dolor del prójimo, y somos solidarios con quienes padecen pruebas tantas veces injustas y humillantes.

ODS-2030 Viernes de la semana de Ceniza: 8 de marzo de 2019

ODS-2030 Viernes de la semana de Ceniza: 8 de marzo de 2019

Ayunar para muchos no es una posibilidad. Rodeados de perturbaciones climáticas, falta de agua en sus cosechas, de­sastres económicos… les faltan muchas de las cosas más elementales que nosotros tiramos como desperdicios.

ODS-2030 Jueves de la semana de Ceniza: 7 de marzo de 2019

ODS-2030 Jueves de la semana de Ceniza: 7 de marzo de 2019

Demasiadas personas están entre la vida y la muerte. Según datos de Manos Unidas: "815 millones de personas pasan hambre en el mundo, una de cada nueve; y, una de cada tres, malnutrición". Mu­chas personas viven esta situación solo por haber nacido en un determinado lugar o en un momento concreto.

Cinco ’ces’ para cuaresma

Cinco ’ces’ para cuaresma

La C de camino es la primera. Se trata de una metáfora clásica de la vida; ya desde antiguo: Abraham, Ulises… Como el camino, la vida tiene un principio y un final. Y una dirección. El tiempo de cuaresma es camino hacia la Pascua. Implica que hay que moverse; no como vagabundos o nómadas, sino como peregrinos que conocen la meta y el mapa.

ODS-2030 – Miércoles de Ceniza: 6 de marzo de 2019

ODS-2030 – Miércoles de Ceniza: 6 de marzo de 2019

Cuando alguien está enfermo, otro está brindando cuidados de sanación. Cuando alguien ha sido expulsado de su casa, otro está haciendo espacio. Cuando alguien ha perdido toda la esperanza, otro lucha por ellos.

Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2019

Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma 2019

Cada año, a través de la Madre Iglesia, Dios «concede a sus hijos anhelar, con el gozo de habernos purificado, la solemnidad de la Pascua, para que […] por la celebración de los misterios que nos dieron nueva vida, lleguemos a ser con plenitud hijos de Dios» (Prefacio I de Cuaresma).