La humildad no es complejo de inferioridad, sino conocimiento de la propia verdad, lo que somos ante Dios. Con esta conciencia de criatura, a la hora de tratar con Él, tomamos la actitud de quienes son bendecidos por tener un corazón sencillo y una mente obsequiosa con la manifestación divina.
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Tiempos fuertes
I Miércoles de Adviento: (Is 25, 6-10a; Sal 22; Mt 15, 29-37)
La Eucaristía es el banquete que sacia; no seamos como los invitados que rehúsan acudir a la fiesta. Las fiestas de Navidad, en resonancia con esta profecía, se celebran con abundancia de manjares y bebidas. Sería una paradoja que intentáramos saciarnos con alimentos materiales y no comiéramos del manjar mejor.
I Lunes de Adviento (Is 4, 2-6; Sal 121; Mt 8, 5-11)
Si gustas tu pertenencia a la Iglesia, si te sientes parte de ese resto que ha puesto su confianza en el Señor, y crees en la fuerza de la súplica, si no te avergüenzas de tu identidad cristiana, escucha la Palabra que hoy te dirige la liturgia.
I Martes de Adviento: (Is 11, 1-10; Sal 71; Lc 10, 21-24)
Has sido agraciado con la noticia más transformadora, la que te anuncia que Dios envía a su Hijo para salvación de la humanidad entera, por la acción del Espíritu Santo.
Esperar y Vigilar
Adviento significa Venida, Llegada. Durante este tiempo litúrgico las Iglesias cristianas se preparan para conmemorar, con el corazón y el espíritu preparado, hacer presente y celebrar con inmensa alegría el nacimiento de Jesús. Dos de las características principales de este tiempo que debemos potenciar son la esperanza y la vigilia.
Bienaventuranzas del Espíritu Santo
Presentación realizada por Asun Gutierrez para la fiesta de Pentecostés en base a un texto de Miguel Ángel Mesa.
Martes cuarto de cuaresma
Los árboles que permanecen junto a la corriente del manantial del santuario se mantienen con fruto y no se marchitan sus hojas; quienes se acercan al Señor y beben del agua que Él nos ofrece, sacian enteramente su sed.
Lunes cuarto de cuaresma
Ante la perspectiva de la Pascua que se acerca, las lecturas de hoy siguen llamándonos al gozo. “Mirad, yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva. Habrá gozo y alegría perpetua. Voy a transformar a Jerusalén en alegría” (Isa 65, 17).
Vocación Iluminada: Cuarto Domingo de Cuaresma
La Eucaristía donde recibimos una nueva lección de Jesús: Que él es la Luz que viene a iluminar nuestra vida sacándonos de las tinieblas de la ignorancia y del sin sentido.
Caminando en Cuaresma: Cuarto domingo.
Quien se resiste al perdón no llega a conocer el amor de Dios, crece en un subjetivismo nocivo, se endurece, huye del propio conocimiento, busca los defectos de los demás, se incapacita para pertenecer a la comunidad, se vuelve juez inmisericorde, se convierte en pretencioso, piensa que es invulnerable, puede llegar a enloquecer.
Tercer sábado de Cuaresma
“Quiero misericordia, y no sacrificios” (Sal 116). Si conociéramos el amor de Dios, ¡si quedáramos, como representa la imagen con la que acompañamos el texto, con los ojos fijos en quien se entregó por nosotros!