Amor entrañable (II Sábado de Cuaresma)
Es posible que cada uno sienta impresiones diferentes ante las diversas imágenes con las que la Revelación describe a Dios. Sin embargo, algunas no solo se encuentran en la Antigua Alianza, sino que el mismo Jesús se identifica con ellas.
Grandes relatos (II Viernes de Cuaresma)
Para la comprensión de los textos bíblicos, ayuda mucho conocer la relación interna que se da entre distintos pasajes y comprobar cómo narraciones del Antiguo Testamento adquieren su sentido pleno a la luz del Nuevo Testamento.
Bienaventuranzas (II Jueves de Cuaresma)
En una lectura creyente, cabe buscar los pasajes bíblicos en los que se anuncia un motivo de felicidad y de dicha. Conocemos el Discurso del Monte que refiere el evangelio de Mateo, en el que se desgranan las bienaventuranzas. Sin embargo, a lo largo de los textos sagrados, también se encuentran otros fragmentos en los se revelan motivos para alcanzar la alegría del corazón, en esta vida y en la eterna.
Ante los agravios y celos (II Miércoles de Cuaresma)
Es evidente el clima de tensión que se vive en el pasaje profético de Jeremías -“Señor, hazme caso, oye cómo me acusan” (Jr 18, 20)-, al igual que en el Evangelio – , -«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará.» (Mt 20,19).
La corrección (II Martes de Cuaresma)
Hay muchas formas de corregir; por ejemplo, la de quienes agrandan los defectos del otro para camuflar los propios, y la de quien, de manera comprensiva, alienta y pone en verdad, sin juicio ni condena.
Los patriarcas de la fe (II Domingo de Cuaresma)
La vida diaria se puede iluminar con la luz de la Palabra, y es posible que cada vez descubramos aspectos muy diferentes de los que hemos captado en otros momentos.
La tentación
En todos los ciclos litúrgicos, los domingos del Tiempo de Cuaresma se abren con en el relato de las tentaciones de Jesús, cuando el Espíritu lo condujo al desierto, según el texto evangélico, “para ser tentado”.
La limosna-Compartir
El ayuno y la oración tienen su mejor complemento en la limosna. La triple recomendación cuaresmal se objetiva cuando afecta al bolsillo. “Os digo una cosa: si el jubileo no llega a los bolsillos, no es un verdadero jubileo. ¿Lo entendéis?
El ayuno
La Cuaresma se identifica mentalmente con el tiempo ascético, tiempo de ayuno y abstinencia. En los Monasterios, estas privaciones se guardan especialmente los miércoles y los viernes, además de que toda la Cuaresma se vive en régimen de austeridad.
Oración
Este tiempo es propicio para atender a tres llamadas de la Palabra: ayunar, compartir los bienes y orar, que responden al mandamiento de amar a Dios con todo el corazón, con toda la mente y con todas las fuerzas. Y ante las tentaciones del afán de poder, de los deseos de tener y de placer, se nos recomiendan los antídotos de orar, dar limosna, y ayunar.
Ceniza
La Iglesia, como rito de apertura del Tiempo Cuaresmal, invita a los fieles a la ceremonia de la imposición de la ceniza, a la vez que los llama a la conversión y al encuentro consigo mismos con el símbolo existencial que evocan las palabras: “Recuerda de que eres polvo”. Aunque también hay otra fórmula, quizá más pedagógica y positiva: “Convertíos y creed en el Evangelio”.