Martes segundo de Cuaresma
’El que se enaltece será humillado y el que se humilla será ensalzado’.
Lunes segundo de cuaresma
Deja en tu mente la sentencia sapiencial: ’La medida que uses la usarán contigo’.
Domingo de la segunda semana de Cuaresma (Ciclo C)
“Nosotros somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: El Señor Jesucristo” (Flp 3,20).
Viernes primero de cuaresma
Frente a la voluntad compasiva de Dios se levanta la voz de los justicieros.
Sábado de la Primera Semana de Cuaresma
Un signo en la defensa de los derechos más fundamentales será el modo de reclamarlos ante los poderes políticos. Es muy fácil caer en las estrategias ideológicas, en las luchas partidistas, con la excusa de la defensa del bien.
Jueves primero de cuaresma
Hoy las lecturas, se hacen eco de la situación de angustia en la que muchos pueden estar.
Tres llamadas: San José
Dios no improvisa; su acción sigue un plan providente, diseñado desde antiguo. En Abraham, en David y en los profetas se adelantan los últimos tiempos, y cobran sentido desde el acontecimiento de la Encarnación.
Tres llamadas: II Lunes de Cuaresma
Uno de los dones que debemos cuidar es el de la sensibilidad de la conciencia. La peor enfermedad es la que se sufre y se ignora. La percepción de haber pecado puede llevar a diferentes reacciones; las más adecuadas son la humildad y la súplica de perdón.
Tres llamadas: II Martes de Cuaresma
La Palabra nos advierte del riesgo que corremos, si nuestras afirmaciones no concuerdan con nuestra vida. Si pronunciar un discurso ideológico, sin coherencia, es grave, aún lo es más si ese discurso pertenece al ámbito religioso.
Tres llamadas: I Domingo de Cuaresma
La pedagogía de la Iglesia, al seleccionar el pasaje de la Transfiguración para el segundo domingo de Cuaresma, muestra la clave en la que debemos vivir este tiempo, a la luz de la Pascua.
Tres llamadas: I Viernes de Cuaresma
No podremos defendernos del perdón por argumentar que somos pecadores. Dios es más que nuestro pecado, y está dispuesto a perdonarnos siempre. No podremos creernos seguros en la virtud, y menos jueces de los que parecen malvados, pues cabe que nosotros caigamos y ellos se arrepientan.