Mensaje de Cuaresma 2010
Una manera de vivificar nuestra identidad cristiana es viviendo ’en forma eucarística’.
Oración para el Año Sacerdotal
Haz que delante de la Eucaristía, podamos aprender cuán sencilla y cotidiana es tu palabra que nos enseña.
Plegaria Sacerdotal
Tú llamaste a los que quisiste para que participaran de tu sacerdocio;
no te elegimos nosotros a ti, sino que fuiste tú quien nos eligió a nosotros.
Ecos de Sabiduría
El desierto es ese espacio hostil, que obliga a la lucha tanto como a la confianza, y se convierte en pedagogía de Dios para avanzar.
Retiro para orar por las vocaciones
Se necesitan personas capaces de echar puentes y reconciliar los espíritus.
Acoger y transmitir la Palabra de Dios
Los Obispos de Pamplona, Bilbao, San Sebastián y Vitoria hacen pública la Carta Pastoral de Cuaresma-Pascua que lleva por título Acoger y transmitir la Palabra de Dios. Cuaresma y Pascua son tiempos de conversión.
Tres llamadas: I Lunes de Cuaresma
Según la selección que hace la Iglesia de las lecturas de hoy, la santidad de Dios y la pureza de su voluntad se unen con las obras de misericordia. Dios es perfecto, santo y misericordioso.
Tres Llamadas: Primer Domingo de Cuaresma
El primer domingo de Cuaresma es clásica la referencia a las tentaciones que Jesús sufrió en su experiencia de desierto, testimonio de su naturaleza humana y acreditación para decirnos una palabra de aliento cuando nos veamos sumergidos en nuestras luchas.
Vía Crucis para jóvenes
Ofrecemos esta dinámica para un Vía Crucis en clave contemplativa. Está pensada para jóvenes, pero puede servir a adultos.
Tres llamadas: Sábado de Ceniza
La Cuaresma es tiempo de volver a Dios, tiempo para celebrar la misericordia, y experimentar la bondad divina, que supera toda debilidad. En algunas iglesias cristianas, tiempo litúrgico de preparación de la Pascua de Resurrección, desde el miércoles de Ceniza hasta el Jueves Santo, y que se caracteriza por ser un período de penitencia.
Tres llamadas: Viernes de Ceniza
El ayuno es un ejercicio ascético, que libera el cuerpo, agiliza la voluntad, serena la mente, pacifica el corazón, despeja los afectos. El ayuno cristiano mira a Jesucristo, y desde Él, es más que negación es profecía.